miércoles, 23 de abril de 2008

Mt 24, 15-25 Habrá entonces una gran tribulación

(Mt 24, 15-25) Habrá entonces una gran tribulación
[15] Cuando vean en el Lugar santo la Abominación de la desolación, de la que habló el profeta Daniel –el que lea esto, entiéndalo bien– [16] los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; [17] el que esté en la azotea de su casa, no baje a buscar sus cosas; [18] y el que esté en el campo, que no vuelva a buscar su manto. [19] ¡Ay de las mujeres que estén o tengan niños de pecho en aquellos días! [20] Rueguen para que no tengan que huir en invierno o en día sábado. [21] Porque habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. [22] Y si no fuera abreviado ese tiempo, nadie se salvaría; pero será abreviado, a causa de los elegidos. [23] Si alguien les dice entonces: “El Mesías está aquí o está allí”, no lo crean. [24] Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán milagros y prodigios asombrosos, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. [25] Por eso los prevengo.
(C.I.C 679) Cristo es Señor de la vida eterna. El pleno derecho de juzgar definitivamente las obras y los corazones de los hombres pertenece a Cristo como Redentor del mundo. "Adquirió" este derecho por su Cruz. El Padre también ha entregado "todo juicio al Hijo" (Jn 5, 22; cf. Jn 5, 27; Mt 25, 31; Hch 10, 42; 17, 31; 2Tm 4, 1). Pues bien, el Hijo no ha venido para juzgar sino para salvar (cf. Jn 3,17) y para dar la vida que hay en él (cf. Jn 5, 26). Es por el rechazo de la gracia en esta vida por lo que cada uno se juzga ya a sí mismo (cf. Jn 3, 18; 12, 48); es retribuido según sus obras (cf. 1Co 3, 12-15) y puede incluso condenarse eternamente al rechazar el Espíritu de amor (cf. Mt 12, 32; Hb 6, 4-6; 10, 26-31). (C.I.C 680) Cristo, el Señor, reina ya por la Iglesia, pero todavía no le están sometidas todas las cosas de este mundo. El triunfo del Reino de Cristo no tendrá lugar sin un último asalto de las fuerzas del mal.

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