sábado, 5 de abril de 2008
Mt 15, 15-20 Eso es lo que mancha al hombre
(Mt 15, 15-20) Eso es lo que mancha al hombre
[15] Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Explícanos esta parábola». [16] Jesús le respondió: «¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? [17] ¿No saben que lo que entra por la boca pasa al vientre y se elimina en lugares retirados? [18] En cambio, lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que mancha al hombre. [19] Del corazón proceden las malas intenciones, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las difamaciones. [20] Estas son las cosas que hacen impuro al hombre, no el comer sin haberse lavado las manos».
(C.I.C 1853) Se pueden distinguir los pecados según su objeto, como en todo acto humano, o según las virtudes a las que se oponen, por exceso o por defecto, o según los mandamientos que quebrantan. Se los puede agrupar también según que se refieran a Dios, al prójimo o a sí mismo; se los puede dividir en pecados espirituales y carnales, o también en pecados de pensamiento, palabra, acción u omisión. La raíz del pecado está en el corazón del hombre, en su libre voluntad, según la enseñanza del Señor: “De dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones. robos, falsos testimonios, injurias. Esto es lo que hace impuro al hombre” (Mt 15,19-20). En el corazón reside también la caridad, principio de las obras buenas y puras, a la que hiere el pecado.
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