miércoles, 9 de abril de 2008

Mt 16, 24-28 El Hijo del hombre vendrá en la gloria

(Mt 16, 24-28) El Hijo del hombre vendrá en la gloria
[24] Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. [25] Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. [26] ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? [27] Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. [28] Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino».
(C.I.C 618) La Cruz es el único sacrificio de Cristo "único mediador entre Dios y los hombres" (1Tm 2, 5). Pero, porque en su Persona divina encarnada, "se ha unido en cierto modo con todo hombre" (Gaudium et spes, 22), Él "ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de Dios sólo conocida, se asocien a este misterio pascual" (Gaudium et spes, 22). El llama a sus discípulos a "tomar su cruz y a seguirle" (Mt 16, 24) porque El "sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas" (1P 2, 21). El quiere en efecto asociar a su sacrificio redentor a aquéllos mismos que son sus primeros beneficiarios (cf. Mc 10, 39; Jn 21, 18-19; Col 1, 24). Eso lo realiza en forma excelsa en su Madre, asociada más íntimamente que nadie al misterio de su sufrimiento redentor (cf. Lc 2, 35): “Esta es la única verdadera escala del paraíso, fuera de la Cruz no hay otra por donde subir al cielo.” (Santa Rosa de Lima: P. Hansen, Vita mirabilis […] venerabilis sororis Rosae de Sancta Maria Limensis (Roma 1664) p. 137). (C.I.C 363) A menudo, el término alma designa en la Sagrada Escritura la vida humana (cf. Mt 16, 25-26; Jn 15, 13) o toda la persona humana (cf. Hch 2, 41). Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre (cf. Mt 26,38; Jn 12,27) y de más valor en él (cf. Mt 10, 28; 2 M 6, 30), aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma" significa el principio espiritual en el hombre. (C.I.C 226) Es usar bien de las cosas creadas: La fe en Dios, el Único, nos lleva a usar de todo lo que no es Él en la medida en que nos acerca a Él, y a separarnos de ello en la medida en que nos aparta de Él (cf. Mt 5,29-30; 16, 24; 19,23-24): “¡Señor mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti! ¡Señor mío y Dios mío, dame todo lo que me acerca a ti! ¡Señor mío y Dios mío, despójame de mi mismo para darme todo a ti« (S. Nicolás de Flüe, Bruder-Klausen-Gebet).

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