sábado, 24 de mayo de 2008

Mc 9, 30-32 El Hijo del hombre va a ser entregado

(Mc 9, 30-32) El Hijo del hombre va a ser entregado
[30] Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, [31] porque enseñaba y les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará». [32] Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
(C.I.C 557) "Como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén" (Lc 9, 51; cf. Jn 13, 1). Por esta decisión, manifestaba que subía a Jerusalén dispuesto a morir. En tres ocasiones había repetido el anuncio de su Pasión y de su Resurrección (cf. Mc 8, 31-33; 9, 31-32; 10, 32-34). Al dirigirse a Jerusalén dice: "No cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén" (Lc 13, 33).

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