viernes, 9 de mayo de 2008
Mc 3, 28-30 Es culpable de pecado para siempre
(Mc 3, 28-30) Es culpable de pecado para siempre
[28] Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. [29] Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre». [30] Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu impuro».
(C.I.C 1864) “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada” (Mt 12, 31; cf. Mc 3, 29; Lc 12, 10). No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios mediante el arrepentimiento rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo (cf. Dominum et vivificantem, 46). Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna.
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