miércoles, 20 de mayo de 2009
Hch 27, 30-38 Tomó pan y Dio gracias a Dios
(Hch 27, 30-38) Tomó pan y Dio gracias a Dios
[30] Los marineros intentaron escaparse del barco, arrojando al mar el bote salvavidas, con el pretexto de soltar las anclas de proa. [31] Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: «Si esos marineros no permanecen a bordo, ustedes no podrán salvarse». [32] Entonces los soldados cortaron las amarras del bote y lo dejaron caer. [33] Mientras esperábamos que amaneciera, Pablo recomendó a todos que comieran algo, diciéndoles: «Hace catorce días que están a la expectativa, sin comer nada. [34] Les aconsejo que coman algo, porque están exponiendo su salud. Nadie perderá un solo cabello de su cabeza». [35] Después que dijo esto, tomó pan, dio gracias a Dios delante de todos, lo partió y se puso a comer. [36] Los demás se animaron y también comenzaron a comer. [37] Éramos en total doscientas setenta y seis personas a bordo. [38] Una vez satisfechos, comenzaron a aligerar el barco tirando el trigo al mar.
(C.I.C 294) La gloria de Dios consiste en que se realice esta manifestación y esta comunicación de su bondad para las cuales el mundo ha sido creado. Hacer de nosotros "hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia" (Ef 1,5-6): "Porque la gloria de Dios es que el hombre viva, y la vida del hombre es la visión de Dios: si ya la revelación de Dios por la creación procuró la vida a todos los seres que viven en la tierra, cuánto más la manifestación del Padre por el Verbo procurará la vida a los que ven a Dios" (San Ireneo, Adversus haereses, 4, 20, 7: PG 7, 1037). El fin último de la creación es que Dios, "Creador de todos los seres, se haga por fin ‘todo en todas las cosas’ (1Co 15,28), procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad" (Ad gentes, 2).
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