lunes, 11 de mayo de 2009

Hch 23, 31-35 Lo condujeron de noche a Antipátride

(Hch 23, 31-35) Lo condujeron de noche a Antipátride [31] De acuerdo con la orden recibida, los soldados tomaron a Pablo y lo condujeron de noche a Antipátride. [32] Al día siguiente, dejaron que los jinetes partieran con él, y ellos se volvieron a la fortaleza. [33] Llegados a Cesarea, los jinetes entregaron la carta al gobernador y le presentaron a Pablo. [34] El gobernador leyó la carta y preguntó de qué provincia era. Al saber que era de Cilicia, [35] dijo: «Te oiré cuando lleguen tus acusadores». Y lo hizo poner bajo custodia en el pretorio de Herodes.
(C.I.C 310) Pero ¿por qué Dios no creó un mundo tan perfecto que en él no pudiera existir ningún mal? En su poder Infinito, Dios podría siempre crear algo mejor (cf. Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, I, 25, 6). Sin embargo, en su sabiduría y bondad infinitas, Dios quiso libremente crear un mundo "en estado de vía" hacia su perfección última. Este devenir trae consigo en el designio de Dios, junto con la aparición de ciertos seres, la desaparición de otros; junto con lo más perfecto lo menos perfecto; junto con las construcciones de la naturaleza también las destrucciones. Por tanto, con el bien físico existe también el mal físico, mientras la creación no haya alcanzado su perfección (cf. Santo Tomás de Aquino, Summa contra gentiles, 3, 71). (C.I.C 2738) La revelación de la oración en la Economía de la salvación enseña que la fe se apoya en la acción de Dios en la historia. La confianza filial es suscitada por medio de su acción por excelencia: la Pasión y la Resurrección de su Hijo. La oración cristiana es cooperación con su Providencia y su designio de amor hacia los hombres. (C.I.C 2739) En San Pablo, esta confianza es audaz (cf. Rm 10, 12-13), basada en la oración del Espíritu en nosotros y en el amor fiel del Padre que nos ha dado a su Hijo único (cf. Rm 8, 26-39). La transformación del corazón que ora es la primera respuesta a nuestra petición.

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