miércoles, 28 de enero de 2015
360. ¿Qué importancia tienen para nosotros las Bienaventuranzas?
(Compendio 360) Las Bienaventuranzas son el centro de la
predicación de Jesús; recogen y perfeccionan las promesas de Dios, hechas a
partir de Abraham. Dibujan el rostro mismo de Jesús, y trazan la auténtica vida
cristiana, desvelando al hombre el fin último de sus actos: la bienaventuranza
eterna.
Resumen
(C.I.C 1725) Las bienaventuranzas
recogen y perfeccionan las promesas de Dios desde Abraham ordenándolas al Reino
de los cielos. Responden al deseo de felicidad que Dios ha puesto en el corazón
del hombre.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1716) Las bienaventuranzas
están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las
promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona
ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos:
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la
tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a
Dios. Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos
de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de
ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os
persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
Para la reflexión
(C.I.C 1717) Las bienaventuranzas
dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de
los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan
las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas
paradójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los
discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en
la vida de la Virgen María y de todos los santos.
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