sábado, 17 de enero de 2015
351. ¿Qué son los sacramentales? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 351) Los sacramentales son signos sagrados
instituidos por la Iglesia, por medio de los cuales se santifican algunas
circunstancias de la vida. Comprenden siempre una oración acompañada de la
señal de la cruz o de otros signos. Entre los sacramentales, ocupan un lugar
importante las bendiciones, que son una alabanza a Dios y una oración para
obtener sus dones, la consagración de personas y la dedicación de cosas al
culto de Dios.
Resumen
(C.I.C 1678) Entre los
sacramentales, las bendiciones ocupan un lugar importante. Comprenden a la vez
la alabanza de Dios por sus obras y sus dones, y la intercesión de la Iglesia
para que los hombres puedan hacer uso de los dones de Dios según el espíritu de
los Evangelios.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1670) Los sacramentales no
confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por
la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con a ella.
"La liturgia de los sacramentos y de los sacramentales hace que, en los
fieles bien dispuestos, casi todos los acontecimientos de la vida sean
santificados por la gracia divina que emana del misterio pascual de la pasión,
muerte y resurrección de Cristo, de quien reciben su poder todos los
sacramentos y sacramentales, y que todo uso honesto de las cosas materiales
pueda estar ordenado a la santificación del hombre y a la alabanza de
Dios" (Sacrosanctum Concilium, 61).
Para la reflexión
(C.I.C 1671) Entre los
sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones
(de personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza
de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son
bendecidos por Dios Padre "con toda clase de bendiciones
espirituales" (Ef 1,3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el
nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo. (C.I.C
1672) Ciertas bendiciones tienen un alcance
permanente: su efecto es consagrar
personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las
que están destinadas a personas - que no se han de confundir con la ordenación
sacramental -figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la
consagración de vírgenes y de viudas, el rito de la profesión religiosa y las
bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos,
catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede
señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de
los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc. [Fin]
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