viernes, 22 de mayo de 2015

444. ¿Cómo ejerce el hombre su derecho a rendir culto a Dios en verdad y en libertad? (Primera parte)



444. ¿Cómo ejerce el hombre su derecho a rendir culto a Dios en verdad y en libertad? (Primera parte)    


(Compendio 444) Todo hombre tiene el derecho y el deber moral de buscar la verdad, especialmente en lo que se refiere a Dios y a la Iglesia, y, una vez conocida, de abrazarla y guardarla fielmente, rindiendo a Dios un culto auténtico. Al mismo tiempo, la dignidad de la persona humana requiere que, en materia religiosa, nadie sea forzado a obrar contra su conciencia, ni impedido a actuar de acuerdo con la propia conciencia, tanto pública como privadamente, en forma individual o asociada, dentro de los justos límites del orden público.

Resumen

(C.I.C 2137) El hombre debe ‘poder profesar libremente la religión en público y en privado’ (Cf. Dignitatis humanae, 15).     

Profundizar y modos de explicaciones

(C.I.C 2104) ‘Todos los hombres […] están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla’ (Dignitatis humanae, 1). Este deber se desprende de ‘su misma naturaleza’ (Dignitatis humanae, 2). No contradice al ‘respeto sincero’ hacia las diversas religiones, que ‘no pocas veces reflejan, sin embargo, un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres’ (Nostra aetate, 2), ni a la exigencia de la caridad que empuja a los cristianos ‘a tratar con amor, prudencia y paciencia a los hombres que viven en el error o en la ignorancia de la fe’ (Dignitatis humanae, 14).   

Para la reflexión

(C.I.C 2105) El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es ‘la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo’ (Dignitatis humanae, 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan ‘informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive’ (Apostolicam actuositatem, 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (Cf. Dignitatis humanae, 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (Cf. Apostolicam actuositatem, 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas (Cf. León XIII, Inmortale Dei; Pío XI, Quas primas). (Continua)   

(Continua la pregunta: ¿Cómo ejerce el hombre su derecho a rendir culto a Dios en verdad y en libertad?)

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