sábado, 9 de mayo de 2015
437. ¿Cuál es el vínculo del Decálogo con la Alianza? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 437 - repetición) El
Decálogo se comprende a la luz de la Alianza, en la que Dios se revela, dando a
conocer su voluntad. Al guardar los Mandamientos, el pueblo expresa su
pertenencia a Dios, y responde con gratitud a su iniciativa de amor.
Resumen
(C.I.C 2079) El Decálogo forma una unidad orgánica en la que
cada ‘palabra’ o ‘mandamiento’ remite a todo el conjunto. Transgredir un
mandamiento es quebrantar toda la ley (Cf. St 2, 10-11).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2060) El don de los mandamientos de la ley forma
parte de la Alianza sellada por Dios con los suyos. Según el libro del Exodo,
la revelación de las ‘diez palabras’ es concedida entre la proposición de la
Alianza (Cf. Ex 19) y su ratificación (Cf. Ex 24), después que el pueblo se
comprometió a ‘hacer’ todo lo que el Señor había dicho y a ‘obedecerlo’ (Cf. Ex
24, 7). El Decálogo no es transmitido sino tras el recuerdo de la Alianza (‘el
Señor, nuestro Dios, estableció con nosotros una alianza en Horeb’: Dt 5, 2).
Para la reflexión
(C.I.C 2063) La alianza y el diálogo entre Dios y el hombre
están también confirmados por el hecho de que todas las obligaciones se
enuncian en primera persona (‘Yo soy el Señor...’) y están dirigidas a otro
sujeto (‘tú’). En todos los mandamientos de Dios hay un pronombre personal en singular que designa el destinatario. Al
mismo tiempo que a todo el pueblo, Dios da a conocer su voluntad a cada uno en
particular: “El Señor prescribió el amor a Dios y enseñó la justicia para con
el prójimo a fin de que el hombre no fuese ni injusto, ni indigno de Dios. Así,
por el Decálogo, Dios preparaba al hombre para ser su amigo y tener un solo
corazón con su prójimo [...]. Las palabras del Decálogo persisten también entre
nosotros (cristianos). Lejos de ser abolidas, han recibido amplificación y
desarrollo por el hecho de la venida del Señor en la carne” (San Ireneo de Lyon,
Adversus haereses, 4, 16, 3-4: PG 7,
1017-1018). (C.I.C 2062) Los mandamientos propiamente dichos vienen en segundo
lugar. Expresan las implicaciones de la pertenencia a Dios instituida por la
Alianza. La existencia moral es respuesta
a la iniciativa amorosa del Señor. Es reconocimiento, homenaje a Dios y culto
de acción de gracias. Es cooperación con el designio que Dios se propone en la
historia. [Fin]
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario