miércoles, 13 de mayo de 2015

441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?



441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?  


(Compendio 441) Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del Espíritu Santo y de la gracia.

Resumen

(C.I.C 2082) Dios hace posible por su gracia lo que manda.    

Profundizar y modos de explicaciones

(C.I.C 2074) Jesús dice: ‘Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto; porque sin mí no podéis hacer nada’ (Jn 15, 5). El fruto evocado en estas palabras es la santidad de una vida hecha fecunda por la unión con Cristo. Cuando creemos en Jesucristo, participamos en sus misterios y guardamos sus mandamientos, el Salvador mismo ama en nosotros a su Padre y a sus hermanos, nuestro Padre y nuestros hermanos. Su persona viene a ser, por obra del Espíritu, la norma viva e interior de nuestro obrar. ‘Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado’ (Jn 15, 12). (C.I.C 2732) La tentación más frecuente, la más oculta, es nuestra falta de fe. Esta se expresa menos en una incredulidad declarada que en unas preferencias de hecho. Se empieza a orar y se presentan como prioritarios mil trabajos y cuidados que se consideran más urgentes. Cuando se empieza a orar, se presentan como prioritarios mil trabajos y cuidados che se consideran más urgentes; una vez más, es el momento de la verdad del corazón y de su más profundo deseo. Mientras tanto, nos volvemos al Señor como nuestro único recurso; pero ¿alguien se lo cree verdaderamente? Consideramos a Dios como asociado en alianza con nosotros, pero nuestro corazón continua en la arrogancia. En cualquier caso, la falta de fe revela que no se ha alcanzado todavía la disposición propia  de un  corazón humilde: “Sin mí, no podéis hacer nada” (Jn 15, 5).   

Para la reflexión

(C.I.C 521) Todo lo que Cristo vivió hace que podamos vivirlo en Él y que Él lo viva en nosotros. "El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo hombre"( Gaudium et spes, 22). Estamos llamados a no ser más que una sola cosa con Él; nos hace comulgar en cuanto miembros de su Cuerpo en lo que Él vivió en su carne por nosotros y como modelo nuestro: “Debemos continuar y cumplir en nosotros los estados y Misterios de Jesús, y pedirle con frecuencia que los realice y lleve a plenitud en nosotros y en toda su Iglesia [...] Porque el Hijo de Dios tiene el designio de hacer participar y de extender y continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia […] por las gracias que Él quiere comunicarnos y por los efectos que quiere obrar en nosotros gracias a estos misterios. Y por este medio quiere cumplirlos en nosotros” (San Juan Eudes, Le royaume de Jésus, 3, 4: Oeuvres complètes, v. 1 p. 310-311).    

(Siguiente pregunta: ¿Qué implica la afirmación de Dios: «Yo soy el Señor tu Dios» (Ex 20, 20)?)

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