martes, 19 de mayo de 2015
443. ¿Qué comporta la Palabra del Señor: «Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» (Mt 4, 10)? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 443 - repetición) Las
palabras «adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» suponen adorar a
Dios como Señor de todo cuanto existe; rendirle el culto debido individual y
comunitariamente; rezarle con expresiones de alabanza, de acción de gracias y
de súplica; ofrecerle sacrificios, sobre todo el espiritual de nuestra vida,
unido al sacrificio perfecto de Cristo; mantener las promesas y votos que se le
hacen.
Resumen
(C.I.C 2136) El deber de dar a Dios un culto auténtico
corresponde al hombre individual y socialmente considerado.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2099) Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de
adoración y de gratitud, de súplica y de comunión: “Verdadero sacrificio es
toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios en santa compañia, es decir,
relacionada con el fin del bien, merced al cual podemos verdaderamente felices”
(San Agustín, De civitate Dei, 10, 6: PL 41, 283). (C.I.C 2100) El sacrificio
exterior, para ser auténtico, debe ser expresión del sacrificio espiritual. ‘Mi
sacrificio es un espíritu contrito...’ (Sal 51, 19). Los profetas de la Antigua
Alianza denunciaron con frecuencia los sacrificios hechos sin participación
interior (Cf. Am 5, 21-25) o sin relación con el amor al prójimo (Cf. Is 1,
10-20). Jesús recuerda las palabras del profeta Oseas: ‘Misericordia quiero,
que no sacrificio’ (Mt 9, 13; 12, 7; cf. Os 6, 6). El único sacrificio perfecto
es el que ofreció Cristo en la cruz en ofrenda total al amor del Padre y por
nuestra salvación (Cf. Hb 9, 13-14). Uniéndonos a su sacrificio, podemos hacer
de nuestra vida un sacrificio para Dios.
Para la reflexión
(C.I.C 2101) En varias circunstancias, el cristiano es
llamado a hacer promesas a Dios. El
Bautismo y la Confirmación, el Matrimonio y la Ordenación las exigen siempre.
Por devoción personal, el cristiano puede también prometer a Dios un acto, una
oración, una limosna, una peregrinación, etc. La fidelidad a las promesas
hechas a Dios es una manifestación de respeto a la Majestad divina y de amor
hacia el Dios fiel. (Continua)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario