jueves, 7 de mayo de 2015
436. ¿Qué significa «Decálogo»?
(Compendio 436) Decálogo significa las «diez palabras»
que recogen la Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la Alianza hecha
por medio de Moisés (Ex 34, 28). El Decálogo, al presentar los mandamientos del
amor a Dios (los tres primeros) y al prójimo (los otros siete), traza, para el
pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino de una vida liberada de
la esclavitud del pecado.
Resumen
(C.I.C 2080) El Decálogo contiene una expresión privilegiada
de la ley natural. Lo conocemos por la revelación divina y por la razón humana.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2056) La palabra ‘Decálogo’ significa literalmente
‘diez palabras’ (Ex 34, 28; Dt 4, 13; 10, 4). Estas ‘diez palabras’ Dios las
reveló a su pueblo en la montaña santa. Las escribió ‘con su Dedo’ (Ex 31, 18),
a diferencia de los otros preceptos escritos por Moisés (Cf. Dt 31, 9.24).
Constituyen palabras de Dios en un sentido eminente. Son transmitidas en los
libros del Exodo (Cf..Ex 20, 1-17) y del Deuteronomio (Cf. Dt 5, 6-22). Ya en
el Antiguo Testamento, los libros santos hablan de las ‘diez palabras’ (Cf. por
ejemplo, Os 4, 2; Jr 7, 9; Ez 18, 5-9); pero su pleno sentido será revelado en
la nueva Alianza en Jesucristo.
Para la reflexión
(C.I.C 2057) El Decálogo se comprende ante todo cuando se
lee en el contexto del Exodo, que es el gran acontecimiento liberador de Dios
en el centro de la antigua Alianza. Las ‘diez palabras’, bien sean formuladas
como preceptos negativos, prohibiciones, o bien como mandamientos positivos
(como ‘honra a tu padre y a tu madre’), indican las condiciones de una vida
liberada de la esclavitud del pecado. El Decálogo es un camino de vida: “Si […]
amas a tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos
y sus normas, vivirás y te multiplicarás (Dt 30, 16). Esta fuerza liberadora
del Decálogo aparece, por ejemplo, en el mandamiento del descanso del sábado,
destinado también a los extranjeros y a los esclavos: “Acuérdate de que fuiste
esclavo en el país de Egipto y de que tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y
con tenso brazo” (Dt 5, 15).
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