sábado, 31 de marzo de 2018

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 290.


YOUCAT Pregunta n. 290. – Parte II. ¿Cómo nos ayuda Dios a llegar a ser hombres libres?  


(Respuesta YouCat – repeticion) Cristo quiere que nosotros, «liberados para la libertad » (Gal 5,1) seamos capaces de amar fraternalmente.Por eso nos da el Espíritu Santo, que nos hace libres e independientes de los poderes de este mundo, y nos fortalece para una vida de amor y de responsabilidad.        

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1741) Liberación y salvación. Por su Cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres. Los rescató del pecado que los tenía sometidos a esclavitud. ‘Para ser libres nos libertó Cristo’ (Ga 5,1). En Él participamos de ‘la verdad que nos hace libres’ (Jn 8,32). El Espíritu Santo nos ha sido dado, y, como enseña el apóstol, ‘donde está el Espíritu, allí está la libertad’ (2Co 3,17). Ya desde ahora nos gloriamos de la ‘libertad de los hijos de Dios’ (Rm 8,21).          

Para meditar    

(Comentario YouCat) Cuanto más pecamos, tanto más pensamos sólo en nosotros mismos, tanto peor podemos desarrollarnos libremente.En el pecado nos volvemos además inútiles para hacer el bien y vivir el amor. El Espíritu Santo, que ha sido derramado en nuestros corazones, nos concede un corazón lleno de amor a Dios y a los hombres. Percibimos al Espíritu Santo como el poder que nos conduce a la libertad interior, que nos abre al amor y que nos hace instrumentos cada vez mejores para el bien y el amor.      

(Comentario CIC) (C.I.C 1742) Libertad y gracia. La gracia de Cristo no se opone de ninguna manera a nuestra libertad cuando ésta corresponde al sentido de la verdad y del bien que Dios ha puesto en el corazón del hombre. Al contrario, como lo atestigua la experiencia cristiana, especialmente en la oración, a medida que somos más dóciles a los impulsos de la gracia, se acrecientan nuestra íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas, como también ante las presiones y coacciones del mundo exterior. Por el trabajo de la gracia, el Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo. “Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad” (Domingo XXXII del Tiempo Ordinario, Colecta: Misal Romano).       
 
(Siguiente Pregunta: ¿Cómo puede un hombre distinguir si sus actos son buenos o son malos?)     

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