martes, 13 de marzo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 280.
(Respuesta
YouCat – repeticion) Todo ser humano tiene desde el primer momento en el seno
materno una dignidad inviolable, porque Dios, desde toda la eternidad, lo ha
querido, amado, creado, y lo ha destinado a la salvación y a la bienaventuranza
eterna.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1701)
“Cristo, […] en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor,
manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de
su vocación” (Gaudium et spes, 22).
En Cristo, “imagen del Dios invisible” (Col 1,15; Cf. 2Co 4, 4), el hombre ha
sido creado “a imagen y semejanza” del Creador. En Cristo, redentor y salvador,
la imagen divina alterada en el hombre por el primer pecado ha sido restaurada
en su belleza original y ennoblecida con la gracia de Dios (Gaudium et spes, 22). (C.I.C 1702) La imagen divina está presente en todo hombre.
Resplandece en la comunión de las personas a semejanza de la unión de las
personas divinas entre sí (Cf. Capítulo
segundo).
Para meditar
(Comentario YouCat) Si la
dignidad humana tuviera su origen únicamente en los éxitos y realizaciones que
llevan a cabo los hombres, entonces los débiles, enfermos e indefensos
carecerían de dignidad. Los cristianos creemos que la dignidad humana viene en
primer término de la dignidad de Dios. Él mira a cada hombre y lo ama como si
fuera la única criatura sobre la tierra. Y dado que Dios ha fijado su mirada
hasta en el más pequeño de los seres humanos, éste posee una dignidad infinita
que no puede ser destruida por los hombres.
(Comentario CIC) (C.I.C 1703) Dotada de
un alma “espiritual e inmortal” (Gaudium
et spes, 14), la persona humana es la “única criatura en la tierra a la que
Dios ha amado por sí misma” (Gaudium et
spes, 24). Desde su concepción está destinada a la bienaventuranza eterna.”
(C.I.C 1704) La persona humana participa de la
luz y la fuerza del Espíritu divino. Por la razón es capaz de comprender el
orden de las cosas establecido por el Creador. Por su voluntad es capaz de
dirigirse por sí misma a su bien verdadero. Encuentra su perfección en la
búsqueda y el amor de la verdad y del bien (Cf. Gaudium et spes, 15).
(Continua la Pregunta: ¿Cómo fundamentan los cristianos la dignidad del ser
humano?)
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