YOUCAT Pregunta n. 283. ¿Qué dicen las bienaventuranzas?
(Respuesta
YouCat) Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino
de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán ellos llamados hijos
de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y
os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y
regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. (Mt 5,3-12)
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1718) Las
bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de
origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo
hacia Él, el único que lo puede satisfacer: “Ciertamente todos nosotros
queremos vivir felices, y en el género humano no hay nadie que no dé su
asentimiento a esta proposición incluso antes de que sea plenamente enunciada”
(San Agustín, De moribus Ecclesiae catholicae, 1, 3, 4: PL 32, 1312). “¿Cómo es,
Señor, que yo te busco? Porque al buscarte, Dios mío, busco la vida feliz, haz
que te busque para que viva mi alma, porque mi cuerpo vive de mi alma y mi alma
vive de ti” (San Agustín, Confessiones, 10, 20, 29: PL 32, 791). “Sólo Dios sacia” (Santo Tomás de Aquino, In Symbolum Apostolorum… expositio, c. 15).
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C 1719)) Las
bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de
los actos humanos: Dios nos llama a su propia bienaventuranza. Esta vocación se
dirige a cada uno personalmente, pero también al conjunto de la Iglesia, pueblo
nuevo de los que han acogido la promesa y viven de ella en la fe.
(Siguiente Pregunta: ¿Por qué son tan importantes las bienaventuranzas?)
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