viernes, 9 de marzo de 2018

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 278.



YOUCAT Pregunta n. 278. – Parte II. ¿Qué carácter tiene un entierro cristiano?  


(Respuesta YouCat – repeticion) Las exequias cristianas son un servicio de la comunidad a sus difuntos. Acogen el duelo de los parientes del difunto, pero son portadoras siempre de las señales de la Pascua. Al fin y al cabo morimos en Cristo para celebrar con él la fiesta de la Resurrección.          

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC)  (C.I.C 1689) El Sacrificio eucarístico. Cuando la celebración tiene lugar en la Iglesia, la Eucaristía es el corazón de la realidad pascual de la muerte cristiana (Cf. Ritual de exequias, Prenotandos, 1). La Iglesia expresa entonces su comunión eficaz con el difunto: ofreciendo al Padre, en el Espíritu Santo, el sacrificio de la muerte y resurrección de Cristo, pide que su hijo sea purificado de sus pecados y de sus consecuencias y que sea admitido a la plenitud pascual de la mesa del Reino (Cf. Ritual de exequias, Primer tipo de exequias, 56). Así celebrada la Eucaristía, la comunidad de fieles, especialmente la familia del difunto, aprende a vivir en comunión con quien "se durmió en el Señor" , comulgando con el Cuerpo de Cristo, de quien es miembro vivo, y orando luego por él y con él.      

Para meditar       

(Comentario CIC) (C.I.C 1690) El adiós ("a Dios") al difunto es "su recomendación a Dios" por la Iglesia. Es el "último adiós […] por el que la comunidad cristiana despide a uno de sus miembros antes que su cuerpo sea llevado a su sepulcro" (Ritual de exequias, Prenotandos, 10). La tradición bizantina lo expresa con el beso de adiós al difunto: Con este saludo final "se canta por su partida de esta vida y por su separación, pero también porque existe una comunión y una reunión. En efecto, una vez muertos no estamos en absoluto separados unos de otros, pues todos recorremos el mismo camino y nos volveremos a encontrar en un mismo lugar. No nos separaremos jamás, porque vivimos para Cristo y ahora estamos unidos a Cristo, yendo hacia Él [...] estaremos todos juntos en Cristo" (San Simeón de Tesalónica, De ordine sepulturae, 367: PG 155, 685).         

(Siguiente Pregunta: ¿Por qué necesitamos la fe y los sacramentos para llevar una vida buena y justa?)     

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