viernes, 14 de marzo de 2014
118. ¿Por qué la muerte de Cristo forma parte del designio de Dios? (Primera parte)
(Compendio 118) Al fin de reconciliar consigo a todos los
hombres, destinados a la muerte a causa del pecado, Dios tomó la amorosa
iniciativa de enviar a su Hijo para que se entregara a la muerte por los
pecadores. Anunciada ya en el Antiguo Testamento, particularmente como
sacrificio del Siervo doliente, la muerte de Jesús tuvo lugar según las
Escrituras.
Resumen
(C.I.C 612) El cáliz de la Nueva Alianza que Jesús anticipó
en la Cena al ofrecerse a sí mismo (cf. Lc 22, 20), lo acepta a continuación de
manos del Padre en su agonía de Getsemaní (cf. Mt 26, 42) haciéndose
"obediente hasta la muerte" (Flp 2, 8; cf. Hb 5, 7-8). Jesús ora:
"Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz..." (Mt 26, 39).
Expresa así el horror que representa la muerte para su naturaleza humana. Esta,
en efecto, como la nuestra, está destinada a la vida eterna; además, a diferencia
de la nuestra, está perfectamente exenta de pecado (cf. Hb 4, 15) que es la
causa de la muerte (cf. Rm 5, 12); pero sobre todo está asumida por la persona
divina del "Príncipe de la Vida", de "el que vive" (cf. Hch
3, 15), Viventis (cf. Ap 1, 18; Jn 1,
4; 5, 26), assumpta. Al aceptar en su
voluntad humana que se haga la voluntad del Padre (cf. Mt 26, 42), acepta su
muerte como redentora para "llevar nuestras faltas en su cuerpo sobre el
madero" (1P 2, 24)
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 599) La muerte violenta de Jesús no fue fruto del
azar en una desgraciada constelación de circunstancias. Pertenece al misterio
del designio de Dios, como lo explica San Pedro a los judíos de Jerusalén ya en
su primer discurso de Pentecostés: "Fue entregado según el determinado
designio y previo conocimiento de Dios" (Hch 2, 23). Este lenguaje bíblico
no significa que los que han "entregado a Jesús" (Hch 3, 13) fuesen
solamente ejecutores pasivos de un drama escrito de antemano por Dios. (C.I.C 600)
Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por
tanto establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en
él la respuesta libre de cada hombre a su gracia: "Sí, verdaderamente, se
han reunido en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, que tú has ungido,
Herodes y Poncio Pilato con las naciones gentiles y los pueblos de Israel (cf.
Sal 2, 1-2), de tal suerte que ellos han cumplido todo lo que, en tu poder y tu
sabiduría, habías predestinado" (Hch 4, 27-28). Dios ha permitido los
actos nacidos de su ceguera (cf. Mt 26, 54; Jn 18, 36; 19, 11) para realizar su
designio de salvación (cf. Hch 3, 17-18).
Para la reflexión
(C.I.C 601) Este designio divino de salvación a través de la
muerte del "Siervo, el Justo" (Cf. Is 53, 11; Hch 3, 14) había sido
anunciado antes en la Escritura como un misterio de redención universal, es
decir, de rescate que libera a los hombres de la esclavitud del pecado (cf. Is
53, 11-12; Jn 8, 34-36). San Pablo profesa en una confesión de fe que asegura
haber "recibido" (1Co 15, 3) que "Cristo ha muerto por nuestros
pecados según las Escrituras"
(1Co 15, 3: cf. también Hch 3, 18; 7, 52; 13, 29; 26, 22-23). La muerte
redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente (cf.
Is 53, 7-8; Hch 8, 32-35). Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su
muerte a la luz del Siervo doliente (cf. Mt 20, 28). Después de su Resurrección
dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf. Lc 24,
25-27), luego a los propios apóstoles (cf. Lc 24, 44-45). (C.I.C 602) En
consecuencia, san Pedro pudo formular así la fe apostólica en el designio
divino de salvación: "Habéis sido rescatados de la conducta necia heredada
de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre
preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo, predestinado antes
de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos a causa de
vosotros" (1P 1, 18-20). Los pecados de los hombres, consecuencia del
pecado original, están sancionados con la muerte (cf. Rm 5, 12; 1Co 15, 56). Al
enviar a su propio Hijo en la condición de esclavo (cf. Flp 2, 7), la de una
humanidad caída y destinada a la muerte a causa del pecado (cf. Rm 8, 3),
"a quien no conoció pecado, Dios le hizo pecado por nosotros, para que
viniésemos a ser justicia de Dios en él" (2Co 5, 21). (Continua)
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1 comentario:
https://platinumpeachpress.com/como-desbloquear-un-celular-por-codigo-imei-de-telcel/
En la actualidad cualquier persona puede desbloquear un celular por código IMEI de Telcel cuando este se encuentra bloqueado mediante algún servicio que puede contratar por internet.
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