domingo, 23 de marzo de 2014

124. ¿En qué condiciones se encontraba el cuerpo de Cristo mientras estaba en el sepulcro? (Segunda parte - continuación)



124. ¿En qué condiciones se encontraba el cuerpo de Cristo mientras estaba en el sepulcro? (Segunda parte - continuación)      


(Compendio 124 repetición) Cristo sufrió una verdadera muerte, y verdaderamente fue sepultado. Pero la virtud divina preservó su cuerpo de la corrupción.

Resumen

(C.I.C 630) Durante el tiempo que Cristo permaneció en el sepulcro su Persona divina continuó asumiendo tanto su alma como su cuerpo, separados sin embargo entre sí por causa de la muerte. Por eso el cuerpo muerto de Cristo "no conoció la corrupción" (Hch 13, 37).

Profundizar y modos de explicaciones

(C.I.C 625) La permanencia de Cristo en el sepulcro constituye el vínculo real entre el estado pasible de Cristo antes de Pascua y su actual estado glorioso de resucitado. Es la misma persona de "El que vive" que puede decir: "estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos" (Ap 1, 18): “Y este es el misterio del plan providente de Dios sobre la muerte y la Resurreción del Hijo de entre los muertos: que Dios no impidió a la muerte separar el alma del cuerpo, según el orden necesario de la naturaleza, pero los reunió de nuevo, uno con otro, por medio de la Resurrección, a fin de ser Él mismo en persona el punto de encuentro de la muerte y de la vida deteniendo en Él la descomposición de la naturaleza que produce la muerte y resultando Él mismo el principio de reunión de las partes separadas” (San Gregorio Niceno, Oratio catechetica, 16: PG 45, 52). (C.I.C 626) Ya que el "Príncipe de la vida que fue llevado a la muerte" (Hch 3,15) es al mismo tiempo "el Viviente que ha resucitado" (Lc 24, 5-6), era necesario que la persona divina del Hijo de Dios haya continuado asumiendo su alma y su cuerpo separados entre sí por la muerte: “Aunque Cristo en cuanto hombre se sometió a la muerte, y su alma santa fue separada de su cuerpo inmaculado, sin embargo su divinidad no fue separada ni da una ni de otro, esto es, ni del alma ni del cuerpo: y, por tanto, la persona única  no se encontró dividida en dos personas. Porque el cuerpo y el alma de Cristo existieron por la misma razón desde el principio en la persona del Verbo; y en la muerte, aunque separados el uno de la otra, permanecieron cada cual con la misma y única persona del Verbo” (San Juan Damasceno, Expositio fidei , 71 [De fide orthodoxa,  3, 27]: PG 94, 1098).     

Para la reflexión

(C.I.C 628) El Bautismo, cuyo signo original y pleno es la inmersión, significa eficazmente la bajada del cristiano al sepulcro muriendo al pecado con Cristo para una nueva vida: "Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva" (Rm 6,4; cf. Col 2, 12; Ef 5, 26). [Fin

(Siguiente pregunta: ¿Qué eran «los infiernos» a los que Jesús descendió»?)

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