miércoles, 24 de septiembre de 2008

Lc 18, 24-27 Todo es posible para Dios

(Lc 18, 24-27) Todo es posible para Dios
[24] Viéndolo así, Jesús dijo: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios! [25] Sí, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios». [26] Los que escuchaban dijeron: «Pero entonces, ¿quién podrá salvarse?». [27] Jesús respondió: «Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios».
(C.I.C 2547) El Señor se lamenta de los ricos porque encuentran su consuelo en la abundancia de bienes (cf. Lc 6, 24). ‘El orgulloso busca el poder terreno, mientras el pobre en espíritu busca el Reino de los cielos’ (S. Agustín, De sermone Domini in monte, 1, 1, 3: PL 34, 1232). El abandono en la providencia del Padre del cielo libera de la inquietud por el mañana (cf. Mt 6, 25-34). La confianza en Dios dispone a la bienaventuranza de los pobres: ellos verán a Dios. (C.I.C 928) "Un instituto secular es un instituto de vida consagrada en el cual los fieles, viviendo en el mundo, aspiran a la perfección de la caridad, y se dedican a procurar la santificación del mundo sobre todo desde dentro de él" (CIC canon 710). (C.I.C 929) Por medio de una "vida perfectamente y enteramente consagrada a [esta] santificación" (Pío XII, Const. ap. Provida Mater), los miembros de estos institutos “participan en la tarea de evangelización de la Iglesia, "en el mundo y desde el mundo mismo”, donde su presencia obra a la manera de un "fermento" (Perfectae caritatis, 11). Su testimonio de vida cristiana mira a ordenar según Dios las realidades temporales y a penetrar el mundo con la fuerza del Evangelio. Mediante vínculos sagrados, asumen los consejos evangélicos y observan entre sí la comunión y la fraternidad propias de su modo de vida secular (CIC canon 713). (C.I.C 930) Junto a las diversas formas de vida consagrada se encuentran "las sociedades de vida apostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando vida fraterna en común, según el propio modo de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la observancia de las constituciones. Entre éstas, existen sociedades cuyos miembros abrazan los consejos evangélicos mediante un vínculo determinado por las constituciones" (CIC canon 731, § 1-2).

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