domingo, 15 de junio de 2008
Lc 1, 5-12 Entonces se le apareció el Ángel del Señor
(Lc 1, 5-12) Entonces se le apareció el Ángel del Señor
[5] En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. [6] Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. [7] Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada. [8] Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, [9] le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. [10] Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso. [11] Entonces se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. [12] Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo.
(C.I.C 331) Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles..." (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para El: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por Él y para Él" (Col 1, 16). Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: "¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Hb 1, 14). (C.I.C 332) Desde la creación (cf. Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal (cf. Gn 3, 24), protegen a Lot (cf. Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf. Gn 21, 17), detienen la mano de Abraham (cf. Gn 22, 11), la ley es comunicada por su ministerio (cf. Hch 7,53), conducen el pueblo de Dios (cf. Ex 23, 20-23), anuncian nacimientos (cf. Jc 13) y vocaciones (cf. Jc 6, 11-24; Is 6, 6), asisten a los profetas (cf. 1R 19, 5), por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Jesús (cf. Lc 1, 11.26).
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