domingo, 12 de octubre de 2014
281. ¿De qué modo la Iglesia participa del Sacrificio eucarístico? (Primera parte)
(Compendio 281) En la Eucaristía, el
sacrificio de Cristo se hace también sacrificio de los miembros de su Cuerpo.
La vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se
unen a los de Cristo. En cuanto sacrificio, la Eucaristía se ofrece también por
todos los fieles, vivos y difuntos, en reparación de los pecados de todos los
hombres y para obtener de Dios beneficios espirituales y temporales. También la
Iglesia del cielo está unida a la ofrenda de Cristo.
Resumen
(C.I.C 1414) En
cuanto sacrificio, la Eucaristía es ofrecida también en reparación de los
pecados de los vivos y los difuntos, y para obtener de Dios beneficios
espirituales o temporales.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1368) La Eucaristía es igualmente el sacrificio de la Iglesia. La
Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, participa en la ofrenda de su Cabeza. Con Él, ella se ofrece totalmente. Se une a su
intercesión ante el Padre por todos los hombres. En la Eucaristía, el
sacrificio de Cristo es también el sacrificio de los miembros de su Cuerpo. La
vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se
unen a los de Cristo y a su total ofrenda, y adquieren así un valor nuevo. El
sacrificio de Cristo, presente sobre el altar, da a todas alas generaciones de
cristianos la posibilidad de unirse a su ofrenda. En las catacumbas, la Iglesia
es con frecuencia representada como una mujer en oración, los brazos extendidos
en actitud de orante. Como Cristo que extendió los brazos sobre la cruz, por
él, con él y en él, la Iglesia se ofrece e intercede por todos los hombres.
Para la reflexión
(C.I.C 1369) Toda la Iglesia se une a la ofrenda y a la intercesión de Cristo.
Encargado del ministerio de Pedro en la Iglesia, el Papa es asociado a toda celebración de la Eucaristía en la que
es nombrado como signo y servidor de la unidad de la Iglesia universal. El obispo del lugar es siempre
responsable de la Eucaristía, incluso cuando es presidida por un presbítero; el nombre del obispo se
pronuncia en ella para significar su presidencia de la Iglesia particular en
medio del presbiterio y con la asistencia de los diáconos. La comunidad intercede también por todos los ministros
que, por ella y con ella, ofrecen el sacrificio eucarístico: “Que sólo sea
considerada como legítima la eucaristía que se hace bajo la presidencia del
obispo o de quien él ha señalado para ello” (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Smyrneos 8,1). “Por medio
del ministerio de los presbíteros, se realiza a la perfección el sacrificio
espiritual de los fieles en unión con el sacrificio de Cristo, único Mediador.
Este, en nombre de toda la Iglesia, por manos de los presbíteros, se ofrece
incruenta y sacramentalmente en la Eucaristía, hasta que el Señor venga” (Presbyterorum ordinis, 2). (Continua)
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1 comentario:
Me vale verrrrrrrga
Solo hago esto por el puto del profesor de reli
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