domingo, 26 de octubre de 2014
291. ¿Qué se requiere para recibir la sagrada Comunión? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 291 - repetición) Para recibir la sagrada Comunión se debe estar
plenamente incorporado a la Iglesia Católica y hallarse en gracia de Dios, es
decir sin conciencia de pecado mortal. Quien es consciente de haber cometido un
pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse
a comulgar. Son también importantes el espíritu de recogimiento y de oración,
la observancia del ayuno prescrito por la Iglesia y la actitud corporal
(gestos, vestimenta), en señal de respeto a Cristo.
Resumen
(C.I.C 1415) El que
quiere recibir a Cristo en la Comunión eucarística debe hallarse en estado de
gracia. Si uno tiene conciencia de haber pecado mortalmente no debe acercarse a
la Eucaristía sin haber recibido previamente la absolución en el sacramento de
la Penitencia. 1415
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1387) Para
prepararse convenientemente a recibir este sacramento, los fieles deben
observar el ayuno prescrito por la Iglesia (cf. CIC canon 919). Por la actitud
corporal (gestos, vestido) se manifiesta el respeto, la solemnidad, el gozo de
ese momento en que Cristo se hace nuestro huésped. (C.I.C 1388) Es conforme al sentido mismo de la Eucaristía que los
fieles, con las debidas disposiciones (cf. CIC, cánones 916-917), comulguen
cuando participan en la misa (Los fieles pueden recibir la Sagrada Eucaristía
solamente dos veces el mismo día. Pontificia Commisión para la auténtica interpretación
del Código de Derecho Canonico, Responsa
ad proposita dubia, 1: AAS 76 (1984) 746): "Se recomienda
especialmente la participación más perfecta en la misa, recibiendo los fieles,
después de la comunión del sacerdote, del mismo sacrificio, el cuerpo del
Señor" (Sacrosanctum Concilium, 55).
Para la reflexión
(C.I.C 1389) La
Iglesia obliga a los fieles “a participar los domingos y días de fiesta en la
divina liturgia” (cf. Ecclessiarum
Orientalium, 15) y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es
posible en tiempo pascual (cf. CIC canon 920), preparados por el sacramento de
la Reconciliación. Pero la Iglesia recomienda vivamente a los fieles recibir la
santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún,
incluso todos los días. (C.I.C 1390) Gracias a
la presencia sacramental de Cristo bajo cada una de las especies, la comunión
bajo la sola especie de pan ya hace que se reciba todo el fruto de gracia
propio de la Eucaristía. Por razones pastorales, esta manera de comulgar se ha
establecido legítimamente como la más habitual en el rito latino. "La
comunión tiene una expresión más plena por razón del signo cuando se hace bajo
las dos especies. Ya que en esa forma es donde más perfectamente se manifiesta
el signo del banquete eucarístico" (Institución
general del Misal Romano, 240; Misal
Romano). Es la forma habitual de comulgar en los ritos orientales. [Fin]
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