lunes, 6 de octubre de 2014
277. ¿Cómo se desarrolla la celebración de la Eucaristía? (Tercera parte - continuación)
(Compendio 277 - repetición) La celebración eucarística se desarrolla en dos
grandes momentos, que forman un solo acto de culto: la liturgia de la Palabra,
que comprende la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios; y la liturgia
eucarística, que comprende la presentación del pan y del vino, la anáfora o
plegaria eucarística, con las palabras de la consagración, y la comunión.
Resumen
(C.I.C 1408) La
celebración eucarística comprende siempre: la proclamación de la Palabra de
Dios, la acción de gracias a Dios Padre por todos sus beneficios, sobre todo
por el don de su Hijo, la consagración del pan y del vino y la participación en
el banquete litúrgico por la recepción del Cuerpo y de la Sangre del Señor:
estos elementos constituyen un solo y mismo acto de culto.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1352) La anáfora: Con la plegaria eucarística,
oración de acción de gracias y de consagración, llegamos al corazón y a la
cumbre de la celebración: En el prefacio,
la Iglesia da gracias al Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo, por todas sus
obras, por la creación, la redención y la santificación. Toda la asamblea se
une entonces a la alabanza incesante que la Iglesia celestial, los ángeles y
todos los santos, cantan al Dios tres veces santo. (C.I.C 1353) En la epíclesis,
la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo (o el poder de su
bendición (cf. Plegaria eucarística I o
Canon Romano, 90; Misal Romano), sobre
el pan y el vino, para que se conviertan por su poder, en el Cuerpo y la Sangre
de Jesucristo, y que quienes toman parte en la Eucaristía sean un solo cuerpo y
un solo espíritu (algunas tradiciones litúrgicas colocan la epíclesis después
de la anámnesis). En el relato de la
institución, la fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y el poder
del Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de pan y
de vino su Cuerpo y su Sangre, su sacrificio ofrecido en la cruz de una vez
para siempre.
Para la reflexión
(C.I.C 1354) En la anámnesis que sigue, la Iglesia hace
memoria de la pasión, de la resurrección y del retorno glorioso de Cristo
Jesús; presenta al Padre la ofrenda de su Hijo que nos reconcilia con Él. En
las intercesiones, la Iglesia expresa
que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia del cielo y de la
tierra, de los vivos y de los difuntos, y en comunión con los pastores de la
Iglesia, el Papa, el obispo de la diócesis, su presbiterio y sus diáconos y
todos los obispos del mundo entero con sus Iglesias. (C.I.C 1355) En la comunión,
precedida por la oración del Señor y de la fracción del pan, los fieles reciben
"el pan del cielo" y "el cáliz de la salvación", el Cuerpo
y la Sangre de Cristo que se entregó "para la vida del mundo" (Jn
6,51): Porque este pan y este vino han sido, según la expresión antigua
"eucaristizados", "llamamos a este alimento Eucaristía y nadie
puede tomar parte en él s i no cree en la verdad de lo que se enseña entre
nosotros, si no ha recibido el baño para el perdón de los pecados y el nuevo
nacimiento, y si no vive según los preceptos de Cristo" (San Justino, Apologia, 1, 66: PG 6, 428). [Fin]
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