miércoles, 29 de julio de 2015
489. ¿Qué supone la virtud de la castidad?
(Compendio 489) La virtud de la castidad supone la
adquisición del dominio de sí mismo, como expresión de libertad humana
destinada al don de uno mismo. Para este fin, es necesaria una integral y
permanente educación, que se realiza en etapas graduales de crecimiento.
Resumen
(C.I.C 2341) La virtud de la castidad forma parte de la
virtud cardinal de la templanza, que
tiende a impregnar de racionalidad las pasiones y los apetitos de la
sensibilidad humana.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2339) La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad
humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la
paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado (cf. Si 1, 22). ‘La
dignidad del hombre requiere, en efecto, que actúe según una elección
consciente y libre, es decir, movido e inducido personalmente desde dentro y no
bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa. El
hombre logra esta dignidad cuando, liberándose de toda esclavitud de las
pasiones, persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con
eficacia y habilidad los medios adecuados’ (Gaudium
et spes, 17).
Para la reflexión
(C.I.C 2340) El que quiere permanecer fiel a las promesas de
su bautismo y resistir las tentaciones debe poner los medios para ello: el conocimiento de sí, la práctica de una ascesis
adaptada a las situaciones encontradas, la obediencia a los mandamientos
divinos, la práctica de las virtudes morales y la fidelidad a la oración. ‘La
castidad nos recompone; nos devuelve a la unidad que habíamos perdido
dispersándonos’ (San Agustín, Confessiones,
10, 29; 40: PL 32, 796).
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