domingo, 26 de julio de 2015
487. ¿Qué corresponde a la persona humana frente a la propia identidad sexual? (Primera parte)
(Compendio 487) Dios ha creado al hombre
como varón y mujer, con igual dignidad personal, y ha inscrito en él la
vocación del amor y de la comunión. Corresponde a cada uno aceptar la propia
identidad sexual, reconociendo la importancia de la misma para toda la persona,
su especificidad y complementariedad.
Resumen
(C.I.C 2392) ‘El amor es la vocación
fundamental e innata de todo ser humano’ (Familiaris
consortio, 11).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2332) La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la
unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a
la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para
establecer vínculos de comunión con otro. (C.I.C 2333) Corresponde a cada uno,
hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad
sexual. La diferencia y la complementariedad físicas, morales y
espirituales, están orientadas a los bienes del matrimonio y al desarrollo de
la vida familiar. La armonía de la pareja humana y de la sociedad depende en
parte de la manera en que son vividas entre los sexos la complementariedad, la
necesidad y el apoyo mutuos.
Para la reflexión
(C.I.C 2331) ‘Dios es amor y vive en sí mismo
un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen [...] Dios
inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del
amor y de la comunión’ (Familiaris consortio, 11). ‘Dios creó el
hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó’ (Gn 1, 27). ‘Creced y
multiplicaos’ (Gn 1, 28); ‘el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen
de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó ‘Hombre’ en el día
de su creación’ (Gn 5, 1-2). (Continua)
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