sábado, 29 de noviembre de 2014

315. ¿Cómo se comporta la Iglesia con los enfermos? (Segunda parte - continuación)



315. ¿Cómo se comporta la Iglesia con los enfermos? (Segunda parte - continuación)    


(Compendio 315 – repetición ) La Iglesia, habiendo recibido del Señor el mandato de curar a los enfermos, se empeña en el cuidado de los que sufren, acompañándolos con oraciones de intercesión. Tiene sobre todo un sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor» (St 5, 14-15).

Resumen

(C.I.C 1527) El sacramento de la Unción de los enfermos tiene por fin conferir una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o de vejez.    

Profundizar y modos de explicaciones

(C.I.C 1510) No obstante la Iglesia apostólica tuvo un rito propio en favor de los enfermos, atestiguado por Santiago: "Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y s i hubiera cometido pecados, le serán perdonados" (St 5,14-15). La Tradición ha reconocido en este rito uno de los siete sacramentos de la Iglesia (cf. San Inocencio I: DS 216; Concilio de Florencia: DS 1324-1325; Concilio de  Trento: DS 1695-1696; 1716-1717). (C.I.C 1511) La Iglesia cree y confiesa que, entre los siete sacramentos, existe un sacramento especialmente destinado a reconfortar a los atribulados por la enfermedad: la Unción de los enfermos: “Esta unción santa de los enfermos fue instituida por Cristo nuestro Señor como un sacramento del Nuevo Testamento, verdadero y propiamente dicho, insinuado por Marcos (Mc 6,13), y recomendado a los fieles y promulgado por Santiago, apóstol y hermano del Señor” (Concilio de Trento: DS 1695; cf. St 5, 14-15).    

Para la reflexión

(C.I.C 1512) En la tradición litúrgica, tanto en Oriente como en Occidente, se poseen desde la antigüedad testimonios de unciones de enfermos practicadas con aceite bendito. En el transcurso de los siglos, la Unción de los enfermos fue conferida, cada vez más exclusivamente, a los que estaban a punto de morir. A causa de esto, había recibido el nombre de "Extremaunción". A pesar de esta evolución, la liturgia nunca dejó de orar al Señor a fin de que el enfermo pudiera recobrar su salud si así convenía a su salvación (cf. Concilio de  Trento: DS 1696). (C.I.C 1513) La Constitución apostólica Sacram Unctionem Infirmorum del 30 de Noviembre de 1972, de conformidad con el Concilio Vaticano II (cf. Sacrosanctum Concilium, 73) estableció que, en adelante, en el rito romano, se observara lo que sigue: “El sacramento de la Unción de los enfermos se administra a los gravemente enfermos ungiéndolos en la frente y en las manos con aceite de oliva debidamente bendecido o, según las circunstancias, con otro aceite de plantas, y pronunciando una sola vez estas palabras: Per istam sanctam unctionem et suam piissimam misericordiam adiuvet te Dominus gratia spiritus sancti ut a peccatis liberatum te salvet atque propitius allevet ("Por esta santa Unción, y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad") (Sacram Unctionem Infirmorum; cf. CIC, canon 847, 1). [Fin

(Siguiente pregunta: ¿Quién puede recibir el sacramento de la Unción de los enfermos?) 

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