martes, 25 de noviembre de 2014
312. ¿Qué son las indulgencias? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 312 - repetición) Las
indulgencias son la remisión ante Dios de la pena temporal merecida por los
pecados ya perdonados en cuanto a la culpa, que el fiel, cumpliendo
determinadas condiciones, obtiene para sí mismo o para los difuntos, mediante
el ministerio de la Iglesia, la cual, como dispensadora de la redención,
distribuye el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos.
Resumen
(C.I.C 1498) Mediante las
indulgencias, los fieles pueden alcanzar para sí mismos y también para las
almas del Purgatorio la remisión de las penas temporales, consecuencia de los
pecados.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1475) En la comunión de los
santos, por consiguiente, "existe entre los fieles -tanto entre quienes ya
son bienaventurados como entre los que expían en el purgatorio o los que que
peregrinan todavía en la tierra - un constante vínculo de amor y un abundante
intercambio de todos los bienes" (Pablo VI, Indulgentiarum doctrina, 5). En este intercambio admirable, la
santidad de uno aprovecha a los otros, más allá del daño que el pecado de uno
pudo causar a los demás. Así, el recurso a la comunión de los santos permite al
pecador contrito estar antes y más eficazmente purificado de las penas del
pecado. (C.I.C 1476) Estos bienes espirituales
de la comunión de los santos, los llamamos también el tesoro de la Iglesia, "que no es suma de bienes, como lo son
las riquezas materiales acumuladas en el transcurso de los siglos, sino que es
el valor infinito e inagotable que tienen ante Dios las expiaciones y los
méritos de Cristo nuestro Señor, ofrecidos para que la humanidad quedara libre
del pecado y llegase a la comunión con el Padre. Sólo en Cristo, Redentor
nuestro, se encuentran en abundancia las satisfacciones y los méritos de su
redención" (Pablo VI, Indulgentiarum
doctrina, 5).
Para la reflexión
(C.I.C 1477) "Pertenecen
igualmente a este tesoro el precio verdaderamente inmenso, inconmensurable y
siempre nuevo que tienen ante Dios las oraciones y las buenas obras de la
Bienaventurada Virgen María y de todos los santos que se santificaron por la
gracia de Cristo, siguiendo sus pasos, y realizaron una obra agradable al
Padre, de manera que, trabajando en su propia salvación, cooperaron igualmente
a la salvación de sus hermanos en la unidad del Cuerpo místico" (Pablo VI,
Indulgentiarum doctrina, 5). (C.I.C
1478) Las indulgencias se obtienen por la Iglesia
que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo
Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos
de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión
de las penas temporales debidas por sus pecados. Por eso la Iglesia no quiere
solamente acudir en ayuda de este cristiano, sino también impulsarlo a hacer a
obras de piedad, de penitencia y de caridad (cf. Pablo VI, Indulgentiarum doctrina, 8; Concilio
de Trento: DS 1835). (C.I.C 1479) Puesto que
los fieles difuntos en vía de purificación son también miembros de la misma
comunión de los santos, podemos ayudarles, entre otras formas, obteniendo para
ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales
debidas por sus pecados. [Fin]
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