viernes, 21 de noviembre de 2014
310. ¿Cuáles son los efectos de este sacramento?
(Compendio 310) Los efectos del sacramento de la
Penitencia son: la reconciliación con Dios y, por tanto, el perdón de los
pecados; la reconciliación con la Iglesia; la recuperación del estado de
gracia, si se había perdido; la remisión de la pena eterna merecida a causa de
los pecados mortales y, al menos en parte, de las penas temporales que son
consecuencia del pecado; la paz y la serenidad de conciencia y el consuelo del
espíritu; el aumento de la fuerza espiritual para el combate cristiano.
Resumen
(C.I.C 1496) Los efectos espirituales del sacramento de la
Penitencia son: — la reconciliación con Dios por la que el penitente recupera
la gracia; — la reconciliación con la Iglesia; — la remisión de la pena eterna
contraída por los pecados mortales; — la remisión, al menos en parte, de las
penas temporales, consecuencia del pecado; — la paz y la serenidad de la
conciencia, y el consuelo espiritual; — el acrecentamiento de las fuerzas
espirituales para el combate cristiano.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1469) Este sacramento reconcilia con la Iglesia al penitente.
El pecado menoscaba o rompe la comunión fraterna. El sacramento de la
Penitencia la repara o la restaura. En este sentido, no cura solamente al que
se reintegra en la comunión eclesial, tiene también un efecto vivificante sobre
la vida de la Iglesia que ha sufrido por el pecado de uno de sus miembros (cf.
1Co 12,26). Restablecido o afirmado en la comunión de los santos, el pecador es
fortalecido por el intercambio de los bienes espirituales entre todos los
miembros vivos del Cuerpo de Cristo, estén todavía en situación de peregrinos o
que se hallen ya en la patria celestial (cf. Lumen gentium, 48-50): “Pero
hay que añadir que tal reconciliación con Dios tiene como consecuencia, por así
decir, otras reconciliaciones que reparan las rupturas causadas por el pecado:
el penitente perdonado se reconcilia consigo mismo en el fondo más íntimo de su
propio ser, en el que recupera la propia verdad interior; se reconcilia con los
hermanos, agredidos y lesionados por él de algún modo; se reconcilia con la
Iglesia, se reconcilia con toda la creación (Reconciliatio et paenitentia, 31).
Para la reflexión
(C.I.C 1468) "Toda la virtud
de la penitencia reside en que nos restituye a la gracia de Dios y nos une con Él
con profunda amistad" (Catecismo
Romano, 2, 5, 18). El fin y el efecto de este sacramento son, pues, la reconciliación con Dios. En los que
reciben el sacramento de la Penitencia con un corazón contrito y con una
disposición religiosa, "tiene como resultado la paz y la tranquilidad de
la conciencia, a las que acompaña un profundo consuelo espiritual" (Concilio
de Trento: DS 1674). En efecto, el sacramento de la reconciliación con Dios
produce una verdadera "resurrección espiritual", una restitución de
la dignidad y de los bienes de la vida de los hijos de Dios, el más precioso de
los cuales es la amistad de Dios (Cf. Lc 15,32). (C.I.C 1470) En este sacramento, el pecador, confiándose al juicio
misericordioso de Dios, anticipa en
cierta manera el juicio al que será
sometido al fin de esta vida terrena. Porque es ahora, en esta vida, cuando nos
es ofrecida la elección entre la vida y la muerte, y sólo por el camino de la
conversión podemos entrar en el Reino del que el pecado grave nos aparta (cf.
1Co 5, 11; Ga 5, 19-21; Ap 22, 15). Convirtiéndose a Cristo por la penitencia y
la fe, el pecador pasa de la muerte a la vida "y no incurre en
juicio" (Jn 5,24). [Fin]
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