sábado, 22 de noviembre de 2014
311. ¿Se puede celebrar en algunos casos este sacramento con la confesión general y absolución colectiva? (Primera parte)
(Compendio 311) En caso de grave necesidad (como un
inminente peligro de muerte), se puede recurrir a la celebración comunitaria de
la Reconciliación, con la confesión general y la absolución colectiva,
respetando las normas de la Iglesia y haciendo propósito de confesar
individualmente, a su debido tiempo, los pecados graves ya perdonados de esta
forma.
Resumen
(C.I.C 1497) La confesión
individual e integra de los pecados graves seguida de la absolución es el único
medio ordinario para la reconciliación con Dios y con la Iglesia.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1480) Como todos los
sacramentos, la Penitencia es una acción litúrgica. Ordinariamente los
elementos de su celebración son: saludo y bendición del sacerdote, lectura de
la Palabra de Dios para iluminar la conciencia y suscitar la contrición, y
exhortación al arrepentimiento; la confesión que reconoce los pecados y los
manifiesta al sacerdote; la imposición y la aceptación de la penitencia; la
absolución del sacerdote; alabanza de acción de gracias y despedida con la
bendición del sacerdote. (C.I.C 1481) La liturgia
bizantina posee expresiones diversas de absolución, en forma deprecativa, que
expresan admirablemente el misterio del perdón: "Que el Dios que por el
profeta Natán perdonó a David cuando confesó sus pecados, y a Pedro cuando
lloró amargamente y a la pecadora cuando derramó lágrimas sobre sus pies, y al
publicano, y al pródigo, que este mismo Dios, por medio de mí, pecador, os
perdone en esta vida y en la otra y que os haga comparecer sin condenaros en su
temible tribunal. El que es bendito por los siglos de los siglos. Amén" (Eulógion to méga (Atenas 1992) p. 222).
Para la reflexión
(C.I.C 1482) El sacramento de la
penitencia puede también celebrarse en el marco de una celebración comunitaria, en la que los penitentes se preparan a la
confesión y juntos dan gracias por el perdón recibido. Así la confesión
personal de los pecados y la absolución individual están insertadas en una
liturgia de la Palabra de Dios, con lecturas y homilía, examen de conciencia
dirigido en común, petición comunitaria del perdón, rezo del Padre Nuestro y
acción de gracias en común. Esta celebración comunitaria expresa más claramente
el carácter eclesial de la penitencia. En todo caso, cualquiera que sea la
manera de su celebración, el sacramento de la Penitencia es siempre, por su
naturaleza misma, una acción litúrgica, por tanto, eclesial y pública (cf. Sacrosanctum Concilium, 26-27). (Continua)
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