sábado, 8 de noviembre de 2014
301. ¿De qué modos se expresa la penitencia en la vida cristiana? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 301 - repetición) La
penitencia puede tener expresiones muy variadas, especialmente el ayuno, la
oración y la limosna. Estas y otras muchas formas de penitencia pueden ser
practicadas en la vida cotidiana del cristiano, en particular en tiempo de
Cuaresma y el viernes, día penitencial.
Resumen
(C.I.C 1437) La lectura de la Sagrada Escritura, la oración de la
Liturgia de las Horas y del Padre Nuestro, todo acto sincero de culto o de
piedad reaviva en nosotros el espíritu de conversión y de penitencia y
contribuye al perdón de nuestros pecados.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1438) Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico
(el tiempo de Cuaresma, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son
momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia (cf. Sacrosanctum Concilium, 109-110; CIC cánones
1249-1253; CCEO cánones 880-883). Estos tiempos son particularmente apropiados
para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las
peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el
ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y
misioneras).
Para la reflexión
(C.I.C 1436) Eucaristía y Penitencia. La conversión y la penitencia diarias
encuentran su fuente y su alimento en la Eucaristía, pues en ella se hace
presente el sacrificio de Cristo que nos reconcilió con Dios; por ella son
alimentados y fortificados los que viven de la vida de Cristo; "es el
antídoto que nos libera de nuestras faltas cotidianas y nos preserva de pecados
mortales" (Concilio de Trento: DS 1638). (C.I.C
1435) La conversión se realiza en la vida cotidiana
mediante gestos de reconciliación, la atención a los pobres, el ejercicio y la
defensa de la justicia y del derecho (Am 5,24; Is 1,17), por el reconocimiento
de nuestras faltas ante los hermanos, la corrección fraterna, la revisión de
vida, el examen de conciencia, la dirección espiritual, la aceptación de los
sufrimientos, el padecer la persecución a causa de la justicia. Tomar la cruz
cada día y seguir a Jesús es el camino más seguro de la penitencia (cf. Lc 9, 23).
[Fin]
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