martes, 23 de septiembre de 2014
268. ¿Cuál es el efecto de la Confirmación?
(Compendio 268) El efecto de la
Confirmación es la especial efusión del Espíritu Santo, tal como sucedió en
Pentecostés. Esta efusión imprime en el alma un carácter indeleble y otorga un
crecimiento de la gracia bautismal; arraiga más profundamente la filiación
divina; une más fuertemente con Cristo y con su Iglesia; fortalece en el alma
los dones del Espíritu Santo; concede una fuerza especial para dar testimonio
de la fe cristiana.
Resumen
(C.I.C 1316) La
Confirmación perfecciona la gracia bautismal; es el sacramento que da el
Espíritu Santo para enraizarnos más profundamente en la filiación divina,
incorporarnos más firmemente a Cristo, hacer más sólido nuestro vínculo con la
Iglesia, asociarnos todavía más a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la fe
cristiana por la palabra acompañada de las obras. (C.I.C 1317) La Confirmación, como el Bautismo, imprime en el alma
del cristiano un signo espiritual o carácter indeleble; por eso este sacramento
sólo se puede recibir una vez en la vida.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1302) De la
celebración se deduce que el efecto del sacramento es la efusión especial del
Espíritu Santo, como fue concedida en otro tiempo a los Apóstoles el día de
Pentecostés. (C.I.C 1303) Por este hecho, la
Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal: – nos
introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir "Abbá, Padre" (Rm 8,15); – nos une
más firmemente a Cristo; – aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo; –
hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (cf. Lumen gentium, 11); – nos concede una fuerza especial del Espíritu
Santo para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como
verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo
y para no sentir jamás vergüenza de la cruz (cf. Concilio de Florencia: DS
1319; Lumen gentium, 11, 12): “Recuerda,
pues, que has recibido el signo espiritual, el Espíritu de sabiduría e
inteligencia, el Espíritu de consejo y de fortaleza, el Espíritu de
conocimiento y de piedad, el Espíritu de temor santo, y guarda lo que has
recibido. Dios Padre te ha marcado con su signo, Cristo Señor te ha confirmado
y ha puesto en tu corazón la prenda del Espíritu” (San Ambrosio, De mysteriis 7, 42: PL 16, 402-403).
Para la reflexión
(C.I.C 1304) La
Confirmación, como el Bautismo del que es la plenitud, sólo se da una vez. La
Confirmación, en efecto, imprime en el alma una
marca espiritual indeleble, el "carácter" (cf. Concilio de
Toledo: DS 1609), que es el signo de que Jesucristo ha marcado al cristiano con
el sello de su Espíritu revistiéndolo de la fuerza de lo alto para que sea su
testigo (cf. Lc 24,48-49). (C.I.C 1305) El
"carácter" perfecciona el sacerdocio común de los fieles, recibido en
el Bautismo, y "el confirmado recibe el poder de confesar la fe de Cristo
públicamente, y como en virtud de un cargo (quasi
ex officio)" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, 72, 5, ad 2).
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