domingo, 21 de septiembre de 2014
267. ¿Cuál es el rito esencial de la Confirmación? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 267 - repetición) El rito esencial de la Confirmación es la
unción con el Santo Crisma (aceite de oliva mezclado con perfumes, consagrado
por el obispo), que se hace con la imposición de manos por parte del ministro,
el cual pronuncia las palabras sacramentales propias del rito. En Occidente,
esta unción se hace sobre la frente del bautizado con estas palabras: «Recibe
por esta señal el don del Espíritu Santo». En las Iglesias Orientales de rito
bizantino, la unción se hace también en otras partes del cuerpo, con la fórmula:
«Sello del don del Espíritu Santo».
Resumen
(C.I.C 1321) Cuando
la Confirmación se celebra separadamente del Bautismo, su conexión con el
Bautismo se expresa entre otras cosas por la renovación de los compromisos
bautismales. La celebración de la Confirmación dentro de la Eucaristía
contribuye a subrayar la unidad de los sacramentos de la iniciación cristiana.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1294) Todas
estas significaciones de la unción con aceite se encuentran en la vida
sacramental. La unción antes del Bautismo con el óleo de los catecúmenos
significa purificación y fortaleza; la unción de los enfermos expresa curación
y el consuelo. La unción del santo crisma después del Bautismo, en la
Confirmación y en la Ordenación, es el signo de una consagración. Por la
Confirmación, los cristianos, es decir, los que son ungidos, participan más
plenamente en la misión de Jesucristo y en la plenitud del Espíritu Santo que
éste posee, a fin de que toda su vida desprenda "el buen olor de Cristo"
(cf. 2Co 2,15). (C.I.C 1295) Por medio de esta
unción, el confirmando recibe "la marca", el sello del Espíritu Santo. El sello es el símbolo de la persona
(cf. Gn 38,18; Ct 8,9), signo de su autoridad (cf. Gn 41,42), de su propiedad
sobre un objeto (cf. Dt 32,34) -por eso se marcaba a los soldados con el sello
de su jefe y a los esclavos con el de su señor-; autentifica un acto jurídico
(cf. 1R 21,8) o un documento (cf. Jr 32,10) y lo hace, si es preciso, secreto
(cf. Is 29,11).
Para la reflexión
(C.I.C 1296) Cristo
mismo se declara marcado con el sello de su Padre (cf. Jn 6,27). El cristiano
también está marcado con un sello: "Y es Dios el que nos conforta
juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos marcó con su
sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones" (2Co 1,22; cf.
Ef 1,13; 4,30). Este sello del Espíritu Santo, marca la pertenencia total a
Cristo, la puesta a su servicio para siempre, pero indica también la promesa de
la protección divina en la gran prueba escatológica (cf. Ap 7,2-3; 9,4; Ez
9,4-6). (C.I.C 1297) Un momento importante que
precede a la celebración de la Confirmación, pero que, en cierta manera forma
parte de ella, es la consagración del
santo crisma. Es el obispo quien, el Jueves Santo, en el transcurso de la
Misa crismal, consagra el santo crisma para toda su diócesis. En las Iglesias
de Oriente, esta consagración está reservada al Patriarca: La liturgia de
Antioquía expresa así la epíclesis de la consagración del santo crisma (myron): "[Padre (…) envía tu
Espíritu Santo] sobre nosotros y sobre este aceite que está delante de nosotros
y conságralo, de modo que sea para todos los que sean ungidos y marcados con
él, myron santo, myron sacerdotal, myron real, unción de alegría, vestidura de
la luz, manto de salvación, don espiritual, santificación de las almas y de los
cuerpos, alegría del corazón, suavidad eterna, dicha imperecedera, sello
indeleble, escudo de la fe y casco terrible contra todas las obras del
Adversario" (Pontificale iuxta ritum
Ecclesiae Syrorum Occidentalium id est Antiochiae, Pars I). (Continua)
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