miércoles, 10 de septiembre de 2014

259. ¿Qué se requiere para ser bautizado?



259. ¿Qué se requiere para ser bautizado?   


(Compendio 259) A todo aquel que va a ser bautizado se le exige la profesión de fe, expresada personalmente, en el caso del adulto, o por medio de sus padres y de la Iglesia, en el caso del niño. El padrino o la madrina y toda la comunidad eclesial tienen también una parte de responsabilidad en la preparación al Bautismo (catecumenado), así como en el desarrollo de la fe y de la gracia bautismal.

Resumen

(C.I.C 1246) "Es capaz de recibir el bautismo todo ser humano, aún no bautizado, y solo él" (CIC, canon 864: CCEO, canon 679).    

Profundizar y modos de explicaciones

(C.I.C 1253) El Bautismo es el sacramento de la fe (cf. Mc 16,16). Pero la fe tiene necesidad de la comunidad de creyentes. Sólo en la fe de la Iglesia puede creer cada uno de los fieles. La fe que se requiere para el Bautismo no es una fe perfecta y madura, sino un comienzo que está llamado a desarrollarse. Al catecúmeno o a su padrino se le pregunta: "¿Qué pides a la Iglesia de Dios?" y él responde: "¡La fe!". (C.I.C 1254) En todos los bautizados, niños o adultos, la fe debe crecer después del Bautismo. Por eso, la Iglesia celebra cada año en la noche pascual la renovación de las promesas del Bautismo. La preparación al Bautismo sólo conduce al umbral de la vida nueva. El Bautismo es la fuente de la vida nueva en Cristo, de la cual brota toda la vida cristiana.    

Para la reflexión

(C.I.C 1255) Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres. Ese es también el papel del padrino o de la madrina, que deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su camino de la vida cristiana (cf. CIC cánones 872-874). Su tarea es una verdadera función eclesial (officium) (cf. Sacrosanctum Concilium, 67). Toda la comunidad eclesial participa de la responsabilidad de desarrollar y guardar la gracia recibida en el Bautismo. (C.I.C 168) La Iglesia es la primera que cree, y así conduce, alimenta y sostiene mi fe. La Iglesia es la primera que, en todas partes, confiesa al Señor (Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, cantamos en el himno Te Deum), y con ella y en ella somos impulsados y llevados a confesar también : "Creo", "creemos". Por medio de la Iglesia recibimos la fe y la vida nueva en Cristo por el bautismo. En el Ritual Romano, el ministro del bautismo pregunta al catecúmeno: "¿Qué pides a la Iglesia de Dios?" Y la respuesta es: "La fe". "¿Qué te da la fe?" "La vida eterna" (Ritual de la iniciación cristiana de adultos, 75).  

(Siguiente pregunta: ¿Quién puede bautizar?)

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