martes, 29 de julio de 2014
223. ¿Cómo actúa el Espíritu Santo en la liturgia respecto de la Iglesia? (Sexta parte - continuación)
(Compendio 223 - repetición) En la
liturgia se realiza la más estrecha cooperación entre el Espíritu Santo y la
Iglesia. El Espíritu Santo prepara a la Iglesia para el encuentro con su Señor,
recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes, hace
presente y actualiza el Misterio de Cristo, une la Iglesia a la vida y misión
de Cristo y hace fructificar en ella el don de la comunión.
Resumen
(C.I.C 1112) La misión del Espíritu Santo en la liturgia de
la Iglesia es la de preparar la asamblea para el encuentro con Cristo; recordar
y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y
actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder transformador y hacer
fructificar el don de la comunión en la Iglesia.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1107) El poder transformador
del Espíritu Santo en la liturgia apresura la venida del Reino y la consumación
del Misterio de la salvación. En la espera y en la esperanza nos hace realmente
anticipar la comunión plena con la Trinidad Santa. Enviado por el Padre, que
escucha la epíclesis de la Iglesia, el Espíritu da la vida a los que lo acogen,
y constituye para ellos, ya desde ahora, "las arras" de su herencia
(cf. Ef 1,14; 2Co 1,22). (C.I.C 1108) La
finalidad de la misión del Espíritu Santo en toda acción litúrgica es poner en
comunión con Cristo para formar su Cuerpo. El Espíritu Santo es como la savia
de la viña del Padre que da su fruto en los sarmientos (cf. Jn 15,1-17; Ga
5,22). En la Liturgia se realiza la cooperación más íntima entre el Espíritu
Santo y la Iglesia. El Espíritu de Comunión permanece indefectiblemente en la
Iglesia, y por eso la Iglesia es el gran sacramento de la comunión divina que
reúne a los hijos de Dios dispersos. El fruto del Espíritu en la Liturgia es
inseparablemente comunión con la Trinidad Santa y comunión fraterna (cf. 1Jn
1,3-7).
Para la reflexión
(C.I.C 1109) La Epíclesis es
también oración por el pleno efecto de la comunión de la Asamblea con el
Misterio de Cristo. "La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de
Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo" (2Co 13,13) deben permanecer
siempre con nosotros y dar frutos más allá de la celebración eucarística. La
Iglesia, por tanto, pide al Padre que envíe el Espíritu Santo para que haga de
la vida de los fieles una ofrenda viva a Dios mediante la transformación
espiritual a imagen de Cristo, la preocupación por la unidad de la Iglesia y la
participación en su misión por el testimonio y el servicio de la caridad. [Fin]
(Siguiente
pregunta: ¿Qué son los sacramentos y cuántos hay?)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario