lunes, 28 de julio de 2014
223. ¿Cómo actúa el Espíritu Santo en la liturgia respecto de la Iglesia? (Quinta parte - continuación)
(Compendio 223 - repetición) En la
liturgia se realiza la más estrecha cooperación entre el Espíritu Santo y la
Iglesia. El Espíritu Santo prepara a la Iglesia para el encuentro con su Señor,
recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes, hace
presente y actualiza el Misterio de Cristo, une la Iglesia a la vida y misión
de Cristo y hace fructificar en ella el don de la comunión.
Resumen
(C.I.C 1112) La misión del Espíritu Santo en la liturgia de
la Iglesia es la de preparar la asamblea para el encuentro con Cristo; recordar
y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y
actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder transformador y hacer
fructificar el don de la comunión en la Iglesia.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1103) La Anamnesis. La celebración litúrgica se refiere siempre a las
intervenciones salvíficas de Dios en la historia. "El plan de la
revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas; [...] las
palabras proclaman las obras y explican su misterio" (Dei Verbum,
2). En la liturgia de la Palabra, el Espíritu Santo "recuerda" a la
Asamblea todo lo que Cristo ha hecho por nosotros. Según la naturaleza de las
acciones litúrgicas y las tradiciones rituales de las Iglesias, una celebración
"hace memoria" de las maravillas de Dios en una Anámnesis más o menos
desarrollada. El Espíritu Santo, que despierta así la memoria de la Iglesia,
suscita entonces la acción de gracias y la alabanza (Doxología). (C.I.C 1104) La liturgia
cristiana no sólo recuerda los acontecimientos que nos salvaron, sino que los
actualiza, los hace presentes. El misterio pascual de Cristo se celebra, no se
repite; son las celebraciones las que se repiten; en cada una de ellas tiene lugar
la efusión del Espíritu Santo que actualiza el único misterio. come
Para la reflexión
(C.I.C 1105) La Epiclesis ("invocación sobre")
es la intercesión mediante la cual el sacerdote suplica al Padre que envíe el
Espíritu santificador para que las ofrendas se conviertan en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo y para que los fieles, al recibirlos, se conviertan ellos
mismos en ofrenda viva para Dios. (C.I.C 1106)
Junto con la Anámnesis, la Epíclesis es el centro de toda celebración
sacramental, y muy particularmente de la Eucaristía: “Preguntas cómo el pan se
convierte en el Cuerpo de Cristo y el vino [...] en Sangre de Cristo. Te
respondo: el Espíritu Santo irrumpe y realiza aquello que sobrepasa toda
palabra y todo pensamiento [...] Que te baste oír que es por la acción del
Espíritu Santo, de igual modo que gracias a la Santísima Virgen y al mismo
Espíritu, el Señor, por sí mismo y en sí mismo, asumió la carne humana” (San Juan Damasceno, Expositio
fidei, 86 [De fide orthodoxa, 4,
13: PG 94, 1141, 1145). (Continua)
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