viernes, 25 de julio de 2014
223. ¿Cómo actúa el Espíritu Santo en la liturgia respecto de la Iglesia? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 223 - repetición) En la
liturgia se realiza la más estrecha cooperación entre el Espíritu Santo y la
Iglesia. El Espíritu Santo prepara a la Iglesia para el encuentro con su Señor,
recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes, hace
presente y actualiza el Misterio de Cristo, une la Iglesia a la vida y misión
de Cristo y hace fructificar en ella el don de la comunión.
Resumen
(C.I.C 1112) La misión del Espíritu Santo en la liturgia de
la Iglesia es la de preparar la asamblea para el encuentro con Cristo; recordar
y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y
actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder transformador y hacer
fructificar el don de la comunión en la Iglesia.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1094) Sobre esta armonía de
los dos Testamentos (cf. Dei Verbum,
14-16) se articula la catequesis pascual del Señor (cf. Lc 24,13- 49), y luego
la de los Apóstoles y de los Padres de la Iglesia. Esta catequesis pone de
manifiesto lo que permanecía oculto bajo la letra del Antiguo Testamento: el
misterio de Cristo. Es llamada catequesis "tipológica", porque revela
la novedad de Cristo a partir de "figuras" (tipos) que la anunciaban
en los hechos, las palabras y los símbolos de la primera Alianza. Por esta
relectura en el Espíritu de Verdad a partir de Cristo, las figuras son
explicadas (cf. 2Co 3, 14-16). Así, el diluvio y el arca de Noé prefiguraban la
salvación por el Bautismo (cf. 1P 3,21), y lo mismo la nube, y el paso del mar
Rojo; el agua de la roca era la figura de los dones espirituales de Cristo (cf.
1Co 10,1-6); el maná del desierto prefiguraba la Eucaristía "el verdadero
Pan del Cielo". (C.I.C 1095) Por eso la
Iglesia, especialmente durante los tiempos de Adviento, Cuaresma y sobre todo
en la noche de Pascua, relee y revive todos estos acontecimientos de la
historia de la salvación en el "hoy" de su liturgia. Pero esto exige
también que la catequesis ayude a los fieles a abrirse a esta inteligencia
"espiritual" de la economía de la salvación, tal como la liturgia de
la Iglesia la manifiesta y nos la hace vivir.
Para la reflexión
(C.I.C 1096) Liturgia judía y liturgia cristiana. Un mejor conocimiento de la fe
y la vida religiosa del pueblo judío tal como son profesadas y vividas aún hoy,
puede ayudar a comprender mejor ciertos aspectos de la Liturgia cristiana. Para
los judíos y para los cristianos la Sagrada Escritura es una parte esencial de
sus respectivas liturgias: para la proclamación de la Palabra de Dios, la
respuesta a esta Palabra, la adoración de alabanza y de intercesión por los
vivos y los difuntos, el recurso a la misericordia divina. La liturgia de la
Palabra, en su estructura propia, tiene su origen en la oración judía. La
oración de las Horas, y otros textos y formularios litúrgicos tienen sus
paralelos también en ella, igual que las mismas fórmulas de nuestras oraciones
más venerables, por ejemplo, el Padre Nuestro. Las plegarias eucarísticas se
inspiran también en modelos de la tradición judía. La relación entre liturgia
judía y liturgia cristiana, pero también la diferencia de sus contenidos, son
particularmente visibles en las grandes fiestas del año litúrgico como la
Pascua. Los cristianos y los judíos celebran la Pascua: Pascua de la historia,
orientada hacia el porvenir en los judíos; Pascua realizada en la muerte y la
resurrección de Cristo en los cristianos, aunque siempre en espera de la
consumación definitiva. (Continua)
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