viernes, 20 de junio de 2014
97. ¿Cómo ayuda la Virgen María a la Iglesia?
(Compendio 197) Después de la Ascensión de su Hijo, la
Virgen María ayudó con su oración a los comienzos de la Iglesia. Incluso tras
su Asunción al cielo, ella continúa intercediendo por sus hijos, siendo para
todos un modelo de fe y de caridad y ejerciendo sobre ellos un influjo
salvífico, que mana de la sobreabundancia de los méritos de Cristo. Los fieles
ven en María una imagen y un anticipo de la resurrección que les espera, y la
invocan como abogada, auxiliadora, socorro y mediadora.
Resumen
(C.I.C 975) "Creemos que la Santísima Madre de Dios,
nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejercitando su oficio
materno con respecto a los miembros de Cristo (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 15).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 967) Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a
la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María
es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad. Por eso es "miembro
muy eminente y del todo singular de la Iglesia" (Lumen gentium, 53), incluso constituye "la figura" [typus] de la Iglesia (Lumen gentium, 63). (C.I.C 968) Pero su
papel con relación a la Iglesia y a toda la humanidad va aún más lejos.
"Colaboró de manera totalmente singular a la obra del Salvador por su fe,
esperanza y ardiente amor, para restablecer la vida sobrenatural de los
hombres. Por esta razón es nuestra madre en el orden de la gracia" (Lumen gentium, 61). (C.I.C 969)
"Esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia,
desde el consentimiento que dio fielmente en la Anunciación, y que mantuvo sin
vacilar al pie de la cruz, hasta la realización plena y definitiva de todos los
escogidos. En efecto, con su asunción a los cielos, no abandonó su misión
salvadora, sino que continúa procurándonos con su múltiple intercesión los
dones de la salvación eterna [...] Por eso la Santísima Virgen es invocada en
la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora" (Lumen gentium, 62).
Para la reflexión
(C.I.C 970) "La misión maternal de María para con los
hombres de ninguna manera disminuye o hace sombra a la única mediación de
Cristo, sino que manifiesta su eficacia. En efecto, todo el influjo de la
Santísima Virgen en la salvación de los hombres [...] brota de la
sobreabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, depende
totalmente de ella y de ella saca toda su eficacia" (Lumen gentium, 60). "Ninguna creatura puede ser puesta nunca
en el mismo orden con el Verbo encarnado y Redentor. Pero, así como en el
sacerdocio de Cristo participan de diversa manera tanto los ministros como el
pueblo creyente, y así como la única bondad de Dios se difunde realmente en las
criaturas de distintas maneras, así también la única mediación del Redentor no
excluye, sino que suscita en las criaturas una colaboración diversa que
participa de la única fuente" (Lumen
gentium, 62).
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