lunes, 9 de junio de 2014
188. ¿Cuál es la vocación de los fieles laicos?
(Compendio 188) Los fieles laicos tienen como vocación
propia la de buscar el Reino de Dios, iluminando y ordenando las realidades
temporales según Dios. Responden así a la llamada a la santidad y al apostolado,
que se dirige a todos los bautizados.
Resumen
(C.I.C 940) "Siendo propio del estado de los laicos
vivir en medio del mundo y de los negocios temporales, Dios les llama a que
movidos por el espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el mundo a manera
de fermento" (Apostolicam
actuositatem, 2).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 897) "Por laicos se entiende aquí a todos los
cristianos, excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso
reconocido en la Iglesia. Son, pues, los cristianos que están incorporados a
Cristo por el Bautismo, que forman el Pueblo de Dios y que participan a su
manera de las funciones de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan,
según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el
mundo" (Lumen gentium, 31).
(C.I.C 898) "Los laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de
Dios ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios [...] A
ellos de manera especial corresponde iluminar y ordenar todas las realidades
temporales, a las que están estrechamente unidos, de tal manera que éstas
lleguen a ser según Cristo, se desarrollen y sean para alabanza del Creador y
Redentor" (Lumen gentium, 31).
Para la reflexión
(C.I.C 899) La iniciativa de los cristianos laicos es
particularmente necesaria cuando se trata de descubrir o de idear los medios
para que las exigencias de la doctrina y de la vida cristianas impregnen las
realidades sociales, políticas y económicas. Esta iniciativa es un elemento
normal de la vida de la Iglesia: “Los fieles laicos se encuentran en la línea
más avanzada de la vida de la Iglesia; por ellos la Iglesia es el principio
vital de la sociedad. Por tanto ellos, especialmente, deben tener conciencia,
cada vez más clara, no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia;
es decir, la comunidad de los fieles sobre la tierra bajo la guía del Jefe
común, el Romano Pontífice, y de los Obispos en comunión con él. Ellos son la
Iglesia” (Pío XII, Discurso (20 febrero
1946); Christifideles laici, 9). (C.I.C 900) Como todos los fieles, los
laicos están encargados por Dios del apostolado en virtud del bautismo y de la
confirmación y por eso tienen la obligación y gozan del derecho,
individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el mensaje
divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres y en toda la
tierra; esta obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio de ellos
los demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las
comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el apostolado
de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces su plena eficacia
(cf. Lumen gentium, 33).
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