miércoles, 18 de junio de 2014
195. ¿Qué otra significación tiene la expresión «comunión de los santos»? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 195 - repetición) La
expresión «comunión de los santos» designa también la comunión entre las
personas santas (sancti), es decir, entre quienes por la gracia están unidos a
Cristo muerto y resucitado. Unos viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya
difuntos, se purifican, ayudados también por nuestras plegarias; otros,
finalmente, gozan ya de la gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos
juntos forman en Cristo una sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de
la Trinidad.
Resumen
(C.I.C 962) "Creemos en la comunión de todos los fieles
cristianos, es decir, de los que peregrinan en la tierra, de los que se
purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste,
y que todos se unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión
está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus santos, que
siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones" (Pablo VI, Credo del Pueblo
de Dios, 30).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 957) La
comunión con los santos. "No veneramos el recuerdo de los del cielo
tan sólo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la
Iglesia en el Espíritu se vea reforzada por la práctica del amor fraterno. En
efecto, así como la unión entre los cristianos todavía en camino nos lleva más
cerca de Cristo, así la comunión con los santos nos une a Cristo, del que mana,
como de fuente y cabeza, toda la gracia y la vida del Pueblo de Dios" (Lumen gentium, 50): “Nosotros adoramos a
Cristo porque es el Hijo de Dios: en cuanto a los mártires, los amamos como
discípulos e imitadores del Señor, y es justo, a causa de su devoción
incomparable hacia su rey y maestro; que podamos nosotros, también nosotros,
ser sus compañeros y sus condiscípulos (Martirio
de san Policarpo, 17, 3).
Para la reflexión
(C.I.C 958) La
comunión con los difuntos. "La Iglesia peregrina, perfectamente
consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los
primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los
difuntos y también ofreció por ellos oraciones ‘pues es una idea santa y
provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados' (2M
12, 45)" (Lumen gentium, 50).
Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles sino también hacer
eficaz su intercesión en nuestro favor. (C.I.C 959) En la única familia de Dios. "Todos los hijos de Dios y
miembros de una misma familia en Cristo, al unirnos en el amor mutuo y en la
misma alabanza a la Santísima Trinidad, estamos respondiendo a la íntima
vocación de la Iglesia" (Lumen
gentium, 51). (Fin)
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