jueves, 26 de junio de 2014
203. ¿Qué significa la expresión «resurrección de la carne»?
(Compendio 203) La expresión «resurrección de la carne»
significa que el estado definitivo del hombre no será solamente el alma
espiritual separada del cuerpo, sino que también nuestros cuerpos mortales un
día volverán a tener vida.
Resumen
(C.I.C 1015) Caro salutis est cardo ("La carne es soporte de la
salvación") (Tertuliano, De
resurrectione mortuorum, 8, 2: PL 2, 852). Creemos en Dios que es el
creador de la carne; creemos en el Verbo hecho carne para rescatar la carne;
creemos en la resurrección de la carne, perfección de la creación y de la
redención de la carne.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 990) El término
"carne" designa al hombre en su condición de debilidad y de
mortalidad (cf. Gn 6, 3; Sal 56, 5; Is 40, 6). La "resurrección de la
carne" significa que, después de la muerte, no habrá solamente vida del
alma inmortal, sino que también nuestros "cuerpos mortales" (Rm 8,
11) volverán a tener vida. (C.I.C 997) ¿Qué es resucitar? En la muerte, separación del alma y el cuerpo, el
cuerpo del hombre cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro
con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado. Dios en su
omnipotencia dará definitivamente a nuestros cuerpos la vida incorruptible
uniéndolos a nuestras almas, por la virtud de la Resurrección de Jesús.
Para la reflexión
(C.I.C 989) Creemos firmemente, y
así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de
entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su
muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que El los resucitará en el
último día (cf. Jn 6, 39-40). Como la suya, nuestra resurrección será obra de
la Santísima Trinidad: “Si el Espíritu de Aquél que resucitó a Jesús de entre
los muertos habita en vosotros, Aquél que resucitó a Jesús de entre los muertos
dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en
vosotros” (Rm 8, 11; cf. 1Ts 4, 14; 1Co 6, 14; 2Co 4, 14; Flp 3, 10-11).
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