domingo, 22 de junio de 2014
199. ¿De qué modo la Virgen María es icono escatológico de la Iglesia?
(Compendio 199) Contemplando a María, la toda santa, ya
glorificada en cuerpo y alma, la Iglesia ve en ella lo que la propia Iglesia
está llamada a ser sobre la tierra y aquello que será en la patria celestial.
Resumen
(C.I.C 975) "Creemos que la Santísima Madre de Dios,
nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejercitando su oficio
materno con respecto a los miembros de Cristo (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 15).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 973) Al
pronunciar el Fiat de la Anunciación
y al dar su consentimiento al Misterio de la Encarnación, María colabora ya en
toda la obra que debe llevar a cabo su Hijo. Ella es madre allí donde El es
Salvador y Cabeza del Cuerpo místico. (C.I.C 974) La Santísima Virgen María,
cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria
del cielo, en donde ella participa ya en la gloria de la resurrección de su
Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su cuerpo.
Para la reflexión
(C.I.C 972) Después de haber hablado de la Iglesia, de su
origen, de su misión y de su destino, no se puede concluir mejor que volviendo
la mirada a María para contemplar en ella lo que es la Iglesia en su Misterio,
en su "peregrinación de la fe", y lo que será al final de su marcha,
donde le espera, "para la gloria de la Santísima e indivisible
Trinidad", "en comunión con todos los santos" (Lumen gentium, 69), aquella a quien la
Iglesia venera como la Madre de su Señor y como su propia Madre: “Entre tanto,
la Madre de Jesús, glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen
y comienzo de la Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. También
en este mundo, hasta que llegue el día del Señor, brilla ante el Pueblo de Dios
en Marcha, como señal de esperanza cierta y de consuelo” (Lumen gentium, 68).
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