domingo, 25 de mayo de 2014
174. ¿Por qué la Iglesia es apostólica?
(Compendio 174) La Iglesia es apostólica por su origen,
ya que fue construida «sobre el fundamento de los Apóstoles» (Ef 2, 20); por su
enseñanza, que es la misma de los Apóstoles; por su estructura, en cuanto es
instruida, santificada y gobernada, hasta la vuelta de Cristo, por los
Apóstoles, gracias a sus sucesores, los obispos, en comunión con el sucesor de
Pedro.
Resumen
(C.I.C 869) La Iglesia es apostólica: Está edificada sobre
sólidos cimientos: "los doce apóstoles del Cordero" (Ap 21, 14); es
indestructible (cf. Mt 16, 18); se mantiene infaliblemente en la verdad: Cristo
la gobierna por medio de Pedro y los demás apóstoles, presentes en sus
sucesores, el Papa y el colegio de los obispos.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 857) La Iglesia es apostólica porque está fundada
sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido: — Fue y permanece edificada
sobre "el fundamento de los apóstoles" (Ef 2, 20; Ap 21, 14),
testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo (cf. Mt 28, 16-20;
Hch 1, 8; 1Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.). — guarda y transmite, con la ayuda
del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza (cf. Hch 2, 42), el buen
depósito, las sanas palabras oídas a los apóstoles (cf. 2Tm 1, 13-14). — sigue
siendo enseñada, santificada y dirigida por los apóstoles hasta la vuelta de
Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio
de los obispos, "a los que asisten los presbíteros juntamente con el
sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia" (Ad gentes, 5): “Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que,
por medio de los santos pastores, lo proteges y conservas, y quieres que tenga
siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio
la misión de anunciar el Evangelio” (Prefacio
de Apóstoles I: Misal Romano).
Para la reflexión
(C.I.C 171) La Iglesia, que es
"columna y fundamento de la verdad" (1Tim 3,15), guarda fielmente
"la fe transmitida a los santos de una vez para siempre" (Judas 3).
Ella es la que guarda la memoria de las Palabras de Cristo, la que transmite de
generación en generación la confesión de fe de los apóstoles. Como una madre
que enseña a sus hijos a hablar y con ello a comprender y a comunicar, la
Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en
la inteligencia y la vida de la fe. (C.I.C 1575)
Fue Cristo quien eligió a los Apóstoles y les hizo partícipes de su misión y su
autoridad. Elevado a la derecha del Padre, no abandona a su rebaño, sino que lo
guarda por medio de los Apóstoles bajo su constante protección y lo dirige
también mediante estos mismos pastores que continúan hoy su obra (Prefacio de Apóstoles I: Misal Romano). Por tanto, es Cristo
"quien da" a unos el ser Apóstoles, a otros pastores (cf. Ef 4,11).
Sigue actuando por medio de los obispos (Lumen
gentium, 21).
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