miércoles, 7 de mayo de 2014
158. ¿Por qué llamamos a la Iglesia esposa de Cristo?
(Compendio 158) Llamamos a la Iglesia esposa de Cristo
porque el mismo Señor se definió a sí mismo como «el esposo» (Mc 2, 19), que
ama a la Iglesia uniéndola a sí con una Alianza eterna. Cristo se ha entregado
por ella para purificarla con su sangre, «santificarla» (Ef 5, 26) y hacerla
Madre fecunda de todos los hijos de Dios. Mientras el término «cuerpo»
manifiesta la unidad de la «cabeza» con los miembros, el término «esposa»
acentúa la distinción de ambos en la relación personal.
Resumen
(C.I.C 808) La Iglesia es la Esposa de Cristo: la ha amado y
se ha entregado por ella. La ha purificado por medio de su sangre. Ha hecho de
ella la Madre fecunda de todos los hijos de Dios.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 796) La unidad de Cristo y de la Iglesia, Cabeza y
miembros del Cuerpo, implica también la distinción de ambos en una relación
personal. Este aspecto es expresado con frecuencia mediante la imagen del
esposo y de la esposa. El tema de Cristo Esposo de la Iglesia fue preparado por
los profetas y anunciado por Juan Bautista (cf. Jn 3, 29). El Señor se designó
a sí mismo como "el Esposo" (Mc 2, 19; cf. Mt 22, 1-14; 25, 1-13). El
apóstol presenta a la Iglesia y a cada fiel, miembro de su Cuerpo, como una
Esposa "desposada" con Cristo Señor para "no ser con él más que
un solo Espíritu" (cf. 1Co 6,15-17; 2Co 11,2). Ella es la Esposa
inmaculada del Cordero inmaculado (cf. Ap 22,17; Ef 1,4; 5,27), a la que Cristo
"amó y por la que se entregó a fin de santificarla" (Ef 5,26), la que
él se asoció mediante una Alianza eterna y de la que no cesa de cuidar como de
su propio Cuerpo (cf. Ef 5,29): “He ahí el Cristo total, cabeza y cuerpo, uno
solo formado de muchos [...] Sea la cabeza la que hable, sean los miembros, es
Cristo el que habla. Habla en el papel de cabeza [ex persona capitis] o en el de cuerpo [ex persona corporis]. Según lo que está escrito: "Y los dos se
harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la
Iglesia."(Ef 5,31-32) Y el Señor mismo en el evangelio dice: "De
manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6). Como lo habéis
visto bien, hay en efecto dos personas diferentes y, no obstante, no forman más
que una en el abrazo conyugal ... Como
cabeza él se llama "esposo" y como cuerpo "esposa" (San
Agustín, Enarratio in Psalmum 74, 4: PL
36, 948-949).
Para la reflexión
(C.I.C 757) "La Iglesia que es llamada también "la
Jerusalén de arriba" y "madre nuestra" (Ga 4, 26; cf. Ap 12,
17), y se la describe como la esposa inmaculada del Cordero inmaculado (Ap 19,
7; 21, 2. 9; 22, 17). Cristo ‘la amó y se entregó por ella para santificarla’
(Ef 5, 25-26); se unió a ella en alianza indisoluble, ‘la alimenta y la cuida’
(Ef 5, 29) sin cesar" (Lumen
gentium, 6). (C.I.C 772) En la
Iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la finalidad
de designio de Dios: "recapitular todo en Cristo" (Ef 1, 10). San
Pablo llama "gran misterio" (Ef 5, 32) al desposorio de Cristo y de
la Iglesia. Porque la Iglesia se une a Cristo como a su esposo (cf. Ef 5,
25-27), por eso se convierte a su vez en misterio (cf. Ef 3, 9-11).
Contemplando en ella el misterio, San Pablo escribe: el misterio "es
Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria" (Col 1, 27).
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