martes, 6 de mayo de 2014
157. ¿Quién es la cabeza de este Cuerpo?
(Compendio 157) Cristo «es la Cabeza del Cuerpo, que es
la Iglesia» (Col 1, 18). La Iglesia vive de Él, en Él y por Él. Cristo y la
Iglesia forman el «Cristo total» (San Agustín); «la Cabeza y los miembros, como
si fueran una sola persona mística» (Santo Tomás de Aquino).
Resumen
(C.I.C 807) La Iglesia es este Cuerpo del que Cristo es la
Cabeza: vive de Él, en Él y por Él: Él vive con ella y en ella.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 792) Cristo "es la Cabeza del Cuerpo que es la
Iglesia" (Col 1, 18). Es el Principio de la creación y de la redención.
Elevado a la gloria del Padre, "él es el primero en todo" (Col 1,
18), principalmente en la Iglesia por cuyo medio extiende su reino sobre todas
las cosas: (C.I.C 793) Él nos une a su Pascua: Todos los miembros
tienen que esforzarse en asemejarse a él "hasta que Cristo esté formado en
ellos" (Ga 4, 19). "Por eso somos integrados en los misterios de su
vida [...], nos unimos a sus sufrimientos como el cuerpo a su cabeza. Sufrimos
con él para ser glorificados con él" (Lumen
gentium, 7). (C.I.C 794) Él provee a nuestro crecimiento (cf. Col 2, 19):
Para hacernos crecer hacia él, nuestra Cabeza (cf. Ef 4, 11-16), Cristo
distribuye en su cuerpo, la Iglesia, los dones y los servicios mediante los cuales
nos ayudamos mutuamente en el camino de la salvación.
Para la reflexión
(C.I.C 795) Cristo y la Iglesia son, por tanto, el
"Cristo total" [Christus totus].
La Iglesia es una con Cristo. Los santos tienen conciencia muy viva de esta
unidad: “Felicitémonos y demos gracias por lo que hemos llegado a ser, no
solamente cristianos sino el propio Cristo. ¿Comprendéis, hermanos, la gracia
que Dios nos ha hecho al darnos a Cristo como Cabeza? Admiraos y regocijaos,
hemos sido hechos Cristo. En efecto, ya que Él
es la Cabeza y nosotros somos los miembros, el hombre todo entero es Él y nosotros [...] La plenitud de Cristo es, pues,
la Cabeza y los miembros: ¿Qué quiere decir la Cabeza y los miembros? Cristo y
la Iglesia (San Agustín, In Iohannis
Evangelium tractatus, 21, 8: PL 35, 1568). Redemptor noster unam se personam cum sancta Ecclesia, quam assumpsit,
exhibuit ("Nuestro Redentor muestra que forma una sola persona con la
Iglesia que Él asumió") (San Gregorio
Magno, Moralia in Job, Praefatio, 6,
14: PL 75, 525). Caput et membra, quasi
una persona mystica ("La Cabeza y los miembros, como si fueran una
sola persona mística") (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 3, 48, 2, ad
1). Una palabra de Santa Juana de Arco a sus jueces resume la fe de los santos doctores
y expresa el buen sentido del creyente: "De Jesucristo y de la Iglesia, me
parece que es todo uno y que no es necesario hacer una dificultad de ello"
(Santa Juana de Arco, Dictum: Procès de condamnation).
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