martes, 20 de mayo de 2014
170. ¿Qué vínculo existe entre la Iglesia católica y las religiones no cristianas?
(Compendio 170) El vínculo entre la Iglesia católica y
las religiones no cristianas proviene, ante todo, del origen y el fin comunes
de todo el género humano. La Iglesia católica reconoce que cuanto de bueno y
verdadero se encuentra en las otras religiones viene de Dios, es reflejo de su
verdad, puede preparar para la acogida del Evangelio y conducir hacia la unidad
de la humanidad en la Iglesia de Cristo.
Resumen
(C.I.C 842) El vínculo
de la Iglesia con las religiones no cristianas es en primer lugar el del
origen y el del fin comunes del género humano: “Todos los pueblos forman una
única comunidad y tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo
el género humano sobre la entera faz de la tierra; tienen también un único fin
último, Dios, cuya providencia, testimonio de bondad y designios de salvación
se extienden a todos hasta que los elegidos se unan en la Ciudad Santa” (Nostra aetate, 1).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 843) La Iglesia reconoce en las otras religiones la
búsqueda "en sombras y bajo imágenes", del Dios desconocido pero
próximo ya que es Él quien da a todos vida, el aliento y todas las cosas y
quiere que todos los hombres se salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo bueno y
verdadero, que puede encontrarse en las diversas religiones, "como una
preparación al Evangelio y como un don de aquel que ilumina a todos los
hombres, para que al fin tengan la vida" (Lumen gentium, 16; cf. Nostra
aetate, 2; Evangelii nuntiandi,
53). (C.I.C 844) Pero, en su comportamiento religioso, los hombres muestran
también límites y errores que desfiguran en ellos la imagen de Dios: “Con
demasiada frecuencia los hombres, engañados por el Maligno, se pusieron a
razonar como personas vacías y cambiaron el Dios verdadero por un ídolo falso,
sirviendo a las criaturas en vez de al Creador. Otras veces, viviendo y
muriendo sin Dios en este mundo, están expuestos a la desesperación más radical”
(Lumen gentium, 16).
Para la reflexión
(C.I.C 845) El Padre quiso convocar a toda la humanidad en
la Iglesia de su Hijo para reunir de nuevo a todos sus hijos que el pecado
había dispersado y extraviado. La Iglesia es el lugar donde la humanidad debe
volver a encontrar su unidad y su salvación. Ella es el “mundo reconciliado"
(San Agustín, Sermo 96, 7, 9: PL 38, 588). Es, además, este barco que pleno dominicae crucis velo Sancti Spiritus
flatu in hoc bene navigat mundo ("con su velamen que es la cruz de
Cristo, empujado por el Espíritu Santo, navega bien en este mundo"; San Ambrosio,
De virginitate 18, 119: PL 16, 297);
según otra imagen estimada por los Padres de la Iglesia, está prefigurada por
el Arca de Noé que es la única que salva del diluvio (cf. ya en 1P 3, 20-21).
(C.I.C 841) Las relaciones de la Iglesia
con los musulmanes. "El designio de salvación comprende también a los
que reconocen al Creador. Entre ellos están, ante todo, los musulmanes, que
profesan tener la fe de Abraham y adoran con nosotros al Dios único y
misericordioso que juzgará a los hombres al fin del mundo" (Lumen gentium, 16; cf. Nostra
aetate, 3).
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