sábado, 3 de mayo de 2014
154. ¿Cuáles son las características del Pueblo de Dios?
(Compendio 154) Este pueblo, del que se llega a ser
miembro mediante la fe en Cristo y el Bautismo, tiene por origen a Dios Padre,
por cabeza a Jesucristo, por condición la dignidad y la libertad de los hijos
de Dios, por ley el mandamiento nuevo del amor, por misión la de ser sal de la
tierra y luz del mundo, por destino el Reino de Dios, ya iniciado en la Tierra.
Resumen
(C.I.C 803) "Vosotros sois linaje elegido, sacerdocio
real, nación santa, pueblo adquirido" (1P 2, 9).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 782) El Pueblo de Dios tiene características que le
distinguen claramente de todos los grupos religiosos, étnicos, políticos o
culturales de la Historia: – Es el Pueblo de
Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Pero El ha adquirido
para sí un pueblo de aquellos que antes no eran un pueblo: "una raza
elegida, un sacerdocio real, una nación santa" (1P 2, 9). – Se llega a ser
miembro de este cuerpo no por el
nacimiento físico, sino por el "nacimiento de arriba", "del agua
y del Espíritu" (Jn 3, 3-5), es decir, por la fe en Cristo y el Bautismo.
– Este pueblo tiene por Cabeza a
Jesús el Cristo [Ungido, Mesías]: porque la misma Unción, el Espíritu Santo
fluye desde la Cabeza al Cuerpo, es "el Pueblo mesiánico". – "La
identidad de este Pueblo, es la
dignidad y la libertad de los hijos de Dios en cuyos corazones habita el
Espíritu Santo como en un templo" (Lumen
Gentium, 9). – "Su ley, es
el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo mismo nos amó (Lumen Gentium, 9; cf. Jn 13, 34)".
Esta es la ley "nueva" del Espíritu Santo (cf. Rm 8,2; Ga 5, 25). –
Su misión es ser la sal de la tierra
y la luz del mundo (cf. Mt 5, 13-16). "Es un germen muy seguro de unidad,
de esperanza y de salvación para todo el género humano" (Lumen Gentium, 9). – "Su destino es el Reino de Dios, que el
mismo comenzó en este mundo, que ha de ser extendido hasta que él mismo lo
lleve también a su perfección" (Lumen
Gentium, 9).
Para la reflexión
(C.I.C 1268) Los bautizados vienen a ser "piedras
vivas" para "edificación de un edificio espiritual, para un
sacerdocio santo" (1P 2,5). Por el Bautismo participan del sacerdocio de
Cristo, de su misión profética y real, son "linaje elegido, sacerdocio
real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de aquel que
os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz" (1P 2,9). El Bautismo hace participar en el sacerdocio
común de los fieles.(C.I.C 1269) Hecho miembro de
la Iglesia, el bautizado ya no se pertenece a sí mismo (1Co 6,19), sino al que
murió y resucitó por nosotros (cf. 2Co 5,15). Por tanto, está llamado a
someterse a los demás (Ef 5,21; 1Co 16,15-16), a servirles (cf. Jn 13,12-15) en
la comunión de la Iglesia, y a ser "obediente y dócil" a los pastores
de la Iglesia (Hb 13,17) y a considerarlos con respeto y afecto (cf. 1Ts
5,12-13). Del mismo modo que el Bautismo es la fuente de responsabilidades y
deberes, el bautizado goza también de derechos en el seno de la Iglesia:
recibir los sacramentos, ser alimentado con la palabra de Dios y ser sostenido
por los otros auxilios espirituales de la Iglesia (cf. Lumen gentium, 37; CIC cánones 208-223; CCEO canon 675, § 2).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario