martes, 31 de mayo de 2016
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 42. Parte I.
(Respuesta YouCat) Sí. La fe está abierta a
los descubrimientos e hipótesis de las ciencias naturales.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 283) La cuestión sobre los orígenes del
mundo y del hombre es objeto de numerosas investigaciones científicas que han
enriquecido magníficamente nuestros conocimientos sobre la edad y las
dimensiones del cosmos, el devenir de las formas vivientes, la aparición del
hombre. Estos descubrimientos nos invitan a admirar más la grandeza del
Creador, a darle gracias por todas sus obras y por la inteligencia y la
sabiduría que da a los sabios e investigadores. Con Salomón, estos pueden
decir: "Fue él quien me concedió el conocimiento verdadero de cuanto
existe, quien me dio a conocer la estructura del mundo y las propiedades de los
elementos [...] porque la que todo lo hizo, la Sabiduría, me lo enseñó"
(Sb 7,17-21).
Para meditar
(Comentario YouCat) La Teología
no tiene competencia científico-natural; las ciencias naturales no tienen
competencia teológica. Las ciencias naturales no pueden excluir de manera
dogmática que en la creación haya procesos orientados a un fin; la fe, por el
contrario, no puede definir cómo se producen estos procesos en el desarrollo de
la naturaleza. Un cristiano puede aceptar la teoría de la evolución como un
modelo explicativo útil, mientras no caiga en la herejía del evolucionismo, que
ve al hombre como un producto casual de procesos biológicos. La evolución
supone que hay algo que puede desarrollarse. Pero con ello no se afirma nada
acerca del origen de ese «algo». Tampoco las preguntas acerca del ser, la
dignidad, la misión, el sentido y el porqué del mundo y de los hombres se
pueden responder biológicamente. Así como el evolucionismo se inclina demasiado
hacia un lado, el creacionismo lo hace hacia el lado contrario. Los
creacionistas toman los datos bíblicos (por ejemplo, la edad de la Tierra, la
creación en seis días) ingenuamente al pie de la letra.
(Comentario CIC) (C.I.C 284) El
gran interés que despiertan a estas investigaciones está fuertemente estimulado
por una cuestión de otro orden, y que supera el dominio propio de las ciencias
naturales. No se trata sólo de saber cuándo y cómo ha surgido materialmente el
cosmos, ni cuando apareció el hombre, sino más bien de descubrir cuál es el
sentido de tal origen: si está gobernado por el azar, un destino ciego, una
necesidad anónima, o bien por un Ser transcendente, inteligente y bueno,
llamado Dios. Y si el mundo procede de la sabiduría y de la bondad de Dios,
¿por qué existe el mal? ¿de dónde viene? ¿quién es responsable de él? ¿dónde
está la posibilidad de liberarse del mal?
(Continua la Pregunta: ¿Se puede estar convencido de la evolución y
creer sin embargo en el Creador?)
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