viernes, 6 de mayo de 2016
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 36.
(Respuesta YouCat) No. La Trinidad
(Trinidad) de Dios es un misterio. Sólo por Jesucristo sabemos que Dios es
Trinidad.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 237) La Trinidad es un misterio de fe en
sentido estricto, uno de los misterios escondidos en Dios, “que no pueden ser
conocidos si no son revelados desde lo alto” (Concilio Vaticano I: DS 3015).
Dios, ciertamente, ha dejado huellas de su ser trinitario en su obra de
Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testamento. Pero la
intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la
sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios
y el envío del Espíritu Santo.
Para meditar
(Comentario YouCat) Los hombres
no pueden deducir por medio de su propia razón el misterio de la Trinidad. Pero
pueden reconocer la razonabilidad de este misterio, cuando aceptan la
Revelación de Dios en Jesucristo. Si Dios estuviera solo y fuera solitario, no
podría amar desde toda la eternidad. Iluminados por Jesucristo, podemos
encontrar ya en el Antiguo Testamento (por ejemplo, Gen 1,2; 18,2; 2 Sam 23,2)
e incluso en toda la creación huellas de la Trinidad.
(Comentario CIC) (C.I.C 261) El
misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida
cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y
Espíritu Santo. (C.I.C 50) Mediante la razón
natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de sus obras. Pero
existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de ningún modo
alcanzar por sus propias fuerzas, el de la Revelación divina (cf. Concilio
Vaticano I: DS 3015). Por una decisión enteramente libre, Dios se revela y se
da al hombre. Lo hace revelando su misterio, su designio benevolente que
estableció desde la eternidad en Cristo en favor de todos los hombres. Revela
plenamente su designio enviando a su Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, y al
Espíritu Santo. (C.I.C 36) "La Santa
Madre Iglesia, mantiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas,
puede ser conocido con certeza mediante la luz natural de la razón humana a
partir de las cosas creadas" (Concilio Vaticano I: DS 3004; 3026; Dei
verbum, 6). Sin esta capacidad, el hombre no podría acoger la revelación de
Dios. El hombre tiene esta capacidad porque ha sido creado "a imagen de
Dios" (Gn 1, 27).
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